Hacer una gira sostenible es un pacto a cumplir entre los artistas y los espectadores. ¿El mejor beneficiado? El medioambiente. ¡Veamos cómo y por qué!
La gira sostenible, un ‘do re mi’ por el bienestar del clima
Todo evento masificado tiene un impacto medioambiental, eso no se puede negar. Y la música en directo no es ninguna excepción. Después de todo, las giras mundiales se han mantenido incompatibles con el respeto al ecosistema, tradicionalmente.
En este sentido, son muchos los estudios que han demostrado que más del 90% de las emisiones de carbono de los conciertos en directo proceden de los desplazamientos. Y ello incluye tanto el transporte del personal como el del equipo y el público. De ahí la importancia de conseguir que los artistas de este campo se comprometan a a minimizar todo lo posible el impacto ecológico de sus espectáculos en estadios. En este artículo abarcaremos esto, precisamente. La importancia de tomar medidas y las posibles actuaciones que han resultado ser un buen punto a favor.
¿Pero en qué consiste una gira sostenible, exactamente?
Esta es, sin duda alguna, la primera cuestión que hay que aclarar. La respuesta es sencilla, en cualquier caso. Es hablar de conciertos sustentables, simplemente, bajo la estela de una estrategia ecológica. ¿En otras palabras? Hacer música en directo, ofreciendo diversión y espectáculo, pero siembre con una fórmula de reciclaje y concientización.
En este sentido, la Green Touring Guide se presenta como un foco de orientación y guía para profesionales de la industria musical, a fin de ayudarles a alcanzar este fin. ¿Y por qué? Ya que en sus pautas se plantean diversas formas para hacer una gira sostenible, buscando reducir la contaminación de los conciertos.
Según esta ruta verde, es en el propio recinto del evento, de hecho, donde se congrega el 34% de lo que contamina una gira musical, sumado al montaje y desmontaje del escenario. Y no menos perjudicial para el medioambiente es el desplazamiento del público, que genera un 33 de toxicidad. Amén de los viajes y el alojamiento del grupo, por supuesto, con un 9% y un 10%, respectivamente.
Ni siquiera el merchandising o la promoción del tour salen indemnes, con un 12% la primera y un 2% la segunda. ¿Qué se traduce de todo ello, entonces? Que una buena y auténtica gira sostenible debe gestionarse siempre pensando en los traslados y en el alojamiento, los alimentos y las bebidas y los materiales.
Puede decirse, en cualquier caso,, que las giras sustentables son más que un hecho. Una realidad ya aplicada en diversos esbozos realistas. Como el hacer funcionar las luces y audio y láseres y recursos similares del espectáculo con un mecanismo único y ecológico. Hablamos de un sistema de baterías eléctricas que empleen energía cien por ciento renovable y eficiente. Y para ello se puede recurrir a combustibles alternativos y vehículos eléctricos, sin olvidar reducir al mínimo los residuos.
Poner en marcha una gira sostenible también implica usar energía limpia, evitar los combustibles fósiles, y abogar por biomateriales reutilizables. ¿Un ejemplo de esto último? La pirotecnia sustentable, los confeti biodegradables, y explosivos químicos poco agresivos con el medio ambiente.
Una lista de favores ecológicos en la que es esencial incluir el uso de placas solares, implantar el show en un escenario de acero reciclado, crear conciencia sobre el cambio climático… Y hasta premiar a quienes menos contaminen para acudir al concierto.
De Radiohead a Coldplay: la importancia de cantar con el ejemplo
La apuesta sustentable de una gira sostenible no es un concepto inimaginable. Es más, muchas de las bandas más grandes del mundo ya la implementan en sus espectáculos en directo, creando entre todos una era de ecología musical.
Pioneros de esta defensa medioambiental son los miembros del grupo Massive Attack, mismamente, que llevan dos décadas volcados en frenar la contaminación de sus directos. ¿De qué manera? Prohibiendo el uso del plástico de un solo uso en sus conciertos; desplazándose en tren siempre que les es posible. Y, en caso de tener que viajar, inevitablemente, recurrir a algún combustible de aviación sustentable.
Un ejemplo de gira sostenible que también practica Radiohead, que en 2008 se subió al escenario con la gira ‘Carbon Neutral Tour’. ¿Lo peculiar de esta banda? Que desde entonces solo tocan en ciudades que cuentan con un sistema de transporte público. ¿El objetivo? Ofrecerle a sus fans la posibilidad de dejar el coche en casa.
La célebre y británica Coldplay, por su parte, puede presumir de haber dado hasta la fecha la gira más sostenible de la historia de la música en vivo. Y es que entre marzo del 2022 y noviembre del 2023 realizó hasta cuatro directos en Barcelona. La idea de concentrarse en una única ciudad, en lugar de repartir esos directos en otras urbes, impidió que viajasen más de la cuenta, con el consiguiente ahorro en contaminación.
Bajo el título de ‘Music of the Sphere World Tour’, la gira consiguió reunir a más de 200.000 voces de fans, triunfando allá donde pusieron el foco. ¿Su secreto ecológico? Embellecer el recinto con decorados hechos de bambú. Desplegar contenedores de reciclaje por el estadio. Instalar fuentes de agua para que los fans pudieran rellenar las botellas, entregándoles además pulseras LED al inicio del concierto, pulseras que devolvieron al final.
Una gira sostenible que igualmente brilló por conseguir reducir las emisiones de carbono con la energía cosechada en más de 15 bicicletas eléctricas y varias pistas de baile cinéticas. Y, cómo no, gracias también al cumplir la promesa de plantar un árbol por cada entrada vendida. ¿El resultado de todo ello? Una reducción de emisión de carbono del 47% por parte de la banda, según cálculos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que lo comparó con anteriores giras de estadio del grupo.
Todo un testimonio ecológico que hasta los festivales más sonados de la música no han dudado en emular. Es el caso del Cruïlla, el Festival Internacional de Barcelona, famoso por ser un encuentro donde descubrir sonidos y estilos nuevos, aparte de bailar con la música ya conocida. Un evento que en 2014 optó por eliminar el plástico de todas sus fiestas, sustituyéndolo desde 2018 por vasos biodegradables hechos de trigo.
No menos interesante es la táctica del festival Primavera Sound, basada en recoger y seleccionar el 78% de la basura que dejan sus asistentes. Unos visitantes que generan 222 gramos de basura por cabeza, según cálculos de los dirigentes del propio evento. Por lo que tiene aún más mérito que lograsen recuperar 116.290 unidades de vasos biodegradables, tal y como ocurrió en 2019. Un método de reciclaje que es, en suma, un gran ejemplo de vanguardia de la industria musical a nivel mundial.
Porque la iniciativa de Soluciones Medioambientales no es un eco-postureo
Resumiendo, que apostar por una gira sostenible es dar un paso importante y sustantivo hacia una nueva era; no solo musical, sino también ecológica. Es renunciar al maquillaje ecológico superficial, y poner en marcha pública y abiertamente medidas de contención. ¿La meta? Instaurar un periodo de reciclaje eficaz, positivo y duradero, en el que los grandes artistas logren eventos musicales neutros en carbono.