Viajar y conocer diferentes lugares es algo que nos gusta hacer a todos. Planear unas largas vacaciones o simplemente una salida de fin de semana siempre nos entusiasma. Lo que muchos no saben es el impacto que genera el turismo de masas en la naturaleza y en las ciudades más visitadas del mundo.
El turismo genera beneficios económicos, culturales y sociales, pero como contraparte impacta negativamente el medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos de los centros turísticos. Entre las consecuencias negativas podemos encontrar las siguientes:
Daños, degradación y pérdida de ecosistemas naturales, debido al pisoteo de la vegetación, a la tala de árboles para la construcción de infraestructura (hoteles, apartamentos, restaurantes, etc.) y al aumento del tráfico. Algo tan simple como recoger plantas, setas o flores puede generar cambios el medio ambiente.
Contaminación del agua y del suelo, por los residuos que produce la afluencia de los turistas en las playas, ríos o lagos y por el uso de combustibles fósiles. La calidad y consumo de agua se ve afectada por la utilización de productos químicos en parques acuáticos o grandes piscinas.
Además, los eventos masivos atraen turistas de todo el mundo y las ciudades y sus residentes sufren las consecuencias. Aumenta la demanda de energía, alimentos, agua y los costos de vida, por lo que muchos habitantes locales son desplazados a zonas menos turísticas y más económicas. También el aumento de visitantes provoca cambios en las normas sociales y culturales que preservan los patrimonios naturales.
¿Cuáles son las actividades controversiales en el turismo de masas que afectan a los consumidores?
Overbooking. Es la sobreventa de plazas, reservas o billetes de los que se pueden ofrecer. Esto perjudica a los consumidores, que deben aceptar otras opciones o renunciar a su viaje sin recibir compensaciones.
Greenwashing. Presenta una oferta turística respetuosa del medioambiente, pero no lo es o es muy limitada. Los consumidores creen estar contribuyendo a la sostenibilidad, pero en realidad apoyan a empresas que contaminan, dañan ecosistemas o generan residuos.
Dumping. Es la competencia desleal. Se ofrecen precios muy bajos para eliminar a la competencia en el mercado. Generalmente se ofrecen servicios de baja calidad o malas condiciones.
Como vemos, el turismo de masas y la industria hotelera generan contaminación y provocan daños en el medioambiente. Es hora de apostar por un tipo de turismo más sostenible. Viajar y conocer nuevos sitios de una manera responsable y respetuosa con la naturaleza es posible.
Aquí les presentamos tres ejemplos de ciudades que han cambiado sus regulaciones y normativas para proteger su patrimonio y calidad de vida de los ciudadanos.
Barcelona. Es uno de los destinos turísticos más importantes de España. Famoso por su arquitectura, sus playas, la gastronomía y su cultura. El turismo masivo ha expulsado a los locales del mercado inmobiliario, ya que se ha reducido notablemente la cantidad de viviendas disponibles para alquilar. Para regular esta problemática, se han adoptado acciones como la regulación de alojamientos turísticos, la prohibición de la construcción de hoteles, impuestos al turismo y una limitación al número de visitantes.
Machu Picchu. Este destino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los más visitados de América del Sur. Es un sitio arqueológico que recibe 1,5 millones de visitantes por año. Esto ha puesto en riesgo la conservación del lugar, por lo que el gobierno ha establecido medidas de protección. Entre ellas se encuentra un límite diario de accesos por día, el cierre del camino del Inca durante febrero para realizar tareas de mantenimiento, división de los horarios de visita, exigencia de guías turísticos oficiales y nuevas rutas de acceso que no afectan al Patrimonio.
Venecia. Esta ciudad italiana característica por sus canales, arquitectura e historia ha sufrido la masificación turística durante años. La congestión, la contaminación del agua, la erosión de las edificaciones debido al ingreso de grandes embarcaciones, la pérdida de identidad y el aumento de precios. Con el propósito de regular esta congestión, Venecia ha implementado el cobro de entrada a la ciudad, la restricción de zonas, la promoción de turismo responsable y la limitación de la entrada de cruceros.
Estas tres ciudades han comenzado a regular el turismo de masas, pero hay muchas más que comparten las mismas propuestas. Sumado a las normativas de cada ciudad se encuentran reglamentaciones a nivel mundial que intentan reducir el impacto negativo del turismo en el medioambiente.
Una de ellas es el Código Ético Mundial para el Turismo (CMET), un conjunto de principios generales que intenta guiar a los actores del desarrollo turístico, tales como los gobiernos, las comunidades, la industria y los turistas. Su propósito es maximizar los beneficios del sector y reducir su impacto negativo en el medioambiente. Este organismo está reconocido por las Naciones Unidas desde el 2001.
También, podemos mencionar la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, es un tratado internacional aprobado por los estados miembros de la UNESCO que promueve la identificación, la conservación y la protección de los bienes o sitios de valor universal considerados Patrimonios Mundiales.
Estos cambios en las normativas locales e internacionales forman parte de una nueva mirada más respetuosa de la naturaleza. Dentro de esta perspectiva se encuentra el ecoturismo. Se trata de un tipo de turismo que gira en torno a apreciar y observar a la naturaleza y a las culturas tradicionales que allí se encuentran.
Se intenta minimizar el impacto negativo sobre el entorno natural y sociocultural manteniendo las zonas naturales que constituyen el atractivo turístico. Además beneficia económicamente a las comunidades receptoras, ofreciendo oportunidades de empleo. Sumado a ello se potencia la sensibilización de las poblaciones locales respecto a la conservación y el cuidado de patrimonios naturales y culturales.
Generalmente los grupos de turistas son reducidos y están a cargo de guías turísticos especializados. Entre los principios del ecoturismo se encuentran fomentar la conciencia y el respeto ambiental y cultural, proporcionar experiencias positivas y memorables para los visitantes. Y, por último, reconocer los derechos y las creencias espirituales de los pueblos y comunidades. Y a ti ¿te gustaría probar el turismo sustentable?