La sostenibilidad es una prioridad clave en la agenda global y Dinamarca lo tiene bien claro. No por nada, es considerado uno de los países con mayor conciencia ambiental. Así, gracias a diferentes medidas implementadas por su gobierno, el país danés lidera el camino hacia un turismo sostenible y una economía verde.
La última de ellas: el CopenPay, una iniciativa innovadora de Wonderful Copenhagen, que busca promover el turismo sostenible mediante un programa de recompensas. Bajo este enfoque no se busca aumentar el turismo en la capital danesa, sino hacerlo más sostenible y agradable, tanto para los visitantes como para la misma ciudad.
Todas nuestras decisiones tienen un impacto ambiental, así que ¿por qué no tomar decisiones conscientes que nos beneficien a todos y ser recompensados por ellas?”- Visit Copenhagen.
¿En qué consiste este novedoso programa?
Toda buena obra tiene su recompensa, así reza el dicho. Saber que has hecho el bien debería ser incentivo suficiente para actuar. Pero si con eso no te basta, en Copenhagen encontrarás un motivo extra para disfrutar.
CopenPay es un proyecto que premia las acciones responsables. Tanto turistas como residentes tienen la oportunidad de ganar puntos por realizar actividades que contribuyan con el medio ambiente, como ir en bicicleta en lugar de auto o recoger basura de los canales. Luego, estos puntos pueden ser canjeados por experiencias de diversa índole dentro de la misma ciudad (desde tazas de café, copas de helado y almuerzos a entradas a museos o paseos en kayak).
El piloto se lanzó este año, entre el 15 de julio y el 11 de agosto. Tras este periodo de prueba, se encuentra en proceso de evaluación y recopilación de datos. Así, se espera que sea lanzado oficialmente en el futuro cercano, con la intención de mantenerse activo los 365 días del año y ampliar el concepto a otras partes de Dinamarca.
En esta primera prueba, existían distintas formas de ganar puntos categorizadas en 3 niveles: El primero, se enfocaba en acciones sostenibles básicas como andar en bicicleta o transporte público. El segundo, consistía en apostar por lo ecológico; involucrarse a fondo en la cultura ecológica de la ciudad, asistiendo a actividades específicas. El tercero, de desafíos y gamificación, trataba de cumplir desafíos mensuales y semanales para desbloquear recompensas exclusivas. De tal forma, se premiaba según la dificultas, compromiso y constancia.
Todas las actividades están pensadas para fomentar prácticas eco amigables y una cultura de responsabilidad, y al mismo tiempo, enriquecer la experiencia del participante gracias al enfoque lúdico.
Pero este programa de incentivos va más allá.
Su objetivo es cerrar la brecha que existe entre el deseo de actuar de manera más sostenible y la práctica real. Una brecha importante, según el índice de sostenibilidad, si se tiene en cuenta que, de cada 5 personas 4 quisieran actuar, pero solo 1 realmente lo ha hecho. Así, el CopenPay tiene el potencial de cambiar la manera cómo vemos los viajes y transformar el problema turístico en uno positivo.
Se trata de un primer paso, preliminar, dentro de una serie de iniciativas diseñadas para transformar la mentalidad de los viajeros y fomentar hábitos responsables. Tal como afirma Mikkel Aarø-Hansen, director ejecutivo de Wonderful Copenhagen, “es importante cambiar la forma en que nos desplazamos por el destino, lo que consumimos y cómo interactuamos con los lugareños”. Especialmente, si consideramos las problemáticas generadas por el turismo masivo en los principales destinos turísticos de Europa y el resto del mundo.
El lado negativo del turismo
Tras la pandemia ocasionada por el COVID-19, el sector turismo veía lejana su recuperación. Muchas empresas de este rubro tuvieron adaptarse a las nuevas circunstancias, mientras que otras se vieron forzadas a cerrar debido a las restricciones impuestas en cada país. Hoy, el panorama pinta completamente diferente.
Según World Travel & Tourism Council, el ámbito turístico está recuperando sus cifras prepandemia. De hecho, se prevé que este año superará esos niveles. Ha regresado a su mejor momento, proporcionando un importante impulso económico a países de todo el mundo y respaldando millones de puestos de trabajo. Un crecimiento sólido que representa, actualmente, el 9.1% del PBI mundial.
Sin embargo, el aumento de turismo ha causado incomodidad entre los locales, quienes se ven envueltos en una serie de problemáticas que van desde el ruido, aglomeraciones y contaminación, a escasez de viviendas y aumento de precios. Los reclamos no se han hecho esperar. En algunas de las ciudades más afectadas, se han tomado medidas para limitar el exceso de visitantes y así cuidar sus atractivos. Es ahí donde el CopenPay marca un contraste. Mientras otras ciudades han impuesto tasas de entrada, prohibiciones y campañas para disuadir a los turistas, Copenhagen premia el buen comportamiento.
“Es una cuestión de gestión” afirma Antje Martins en la BBC. La experta en gestión de turismo sostenible -y formadora del Consejo Global de Turismo Sostenible- cree que más allá de seleccionar al tipo de turista más adecuado, se debe lograr una coexistencia que permita que la población local se beneficie del turismo, especialmente en destinos concurridos donde una gran parte de los habitantes vive en condiciones de pobreza. Entonces, “¿Para quién supone un gran ingreso?” se pregunta Martins.
Cuando los lugareños culpan a los turistas por su mal comportamiento, no se trata de los turistas. Es una señal de que la gestión de turismo ha fracasado” – Antje Martins.
Modelo de inspiración
Y si de gestión hablamos, Dinamarca es un buen ejemplo de la inclusión de prácticas sostenibles en todos los aspectos de la vida de sus habitantes. De hecho, Copenhagen se posiciona como la 3era ciudad más sostenible del mundo.
De este modo, el CopenPay se dispone como un pequeño paso en la dirección correcta, donde el turismo puede ser rentable y beneficiar a las ciudades en lugar de generar tensiones, al mismo tiempo que se crean experiencias tanto significativas como responsables.
Con este enfoque, se busca que la forma de explorar la ciudad sea más entretenida, sin dejar el compromiso atrás. Es una experiencia turística única, donde puedes descubrir aspectos únicos de la ciudad, mientras contribuyes a preservar el entorno y reducir tu impacto medioambiental.
Aún queda por determinar la magnitud del impacto. Muchos medios dudan de la efectividad de la medida y la inmediatez de su posible resultado. Consideran que, si bien bastantes personas pueden verse interesadas por la idea, es poco probable que se integre en sus planes vacacionales, en parte debido a la corta duración de su estancia en el lugar de destino. Solo el tiempo lo dirá.
De cualquier manera, servirá de inspiración para la creación de estrategias similares que promuevan las buenas prácticas en el turismo y beneficien a las ciudades. Esa es la meta final del CopenPay. Ser un referente en la ideación de soluciones innovadoras que aprovechen las herramientas digitales y fomenten colaboración entre todos los actores involucrados. Al fin y al cabo, es nuestro planeta.
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