Los hábitos culturales son aquellos comportamientos aceptados dentro de un grupo de personas que comparten elementos en común, como el idioma, los valores, las creencias y costumbres.
Es decir que la conducta humana está impulsada en gran medida por sus hábitos culturales , y los hábitos de consumo de moda no son ajenos a ello.
Estamos frente a una crisis climática y es necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para lograr una producción más sostenible y soluciones inteligentes..
Según estimaciones de la consultora McKinsey & Company y la Global Fashion Agenda, la industria de la moda aporta aproximadamente el 4% de las emisiones globales totales.
Cuero a partir de flores recicladas
La producción de cuero animal tiene impactos negativos en el medio ambiente. Su proceso requiere mucha energía y agua, mientras que libera químicos peligrosos que pueden contaminar los ríos y los suelos. Además de explotar, maltratar y matar a los animales.
Por otro lado, las pieles sintéticas están hechas de plástico procedente de combustibles fósiles. Aunque podemos encontrar alternativas innovadoras a estos dos tipos de cueros, estas no siempre son la solución perfecta.
Phool, que significa “flor” en hindi, es una compañía de Kanpur, India que ofrece una solución sostenible al problema del cuero.
Nace luego que su fundador observara la cantidad de flores que se desechan como parte del culto hindú en el río Ganges.
Tradicionalmente, millones de ofrendas florales acompañan rituales y ceremonias religiosas en este río sagrado, generando aproximadamente 8 millones de toneladas de desechos cada año. Estas flores a menudo pueden contener algún producto químico que contamina el río.
Comenzamos la vida con una idea simple: limpiar el río más sagrado de la India. En el proceso, hemos descubierto un material que crece en la planta de nuestra fábrica y que algún día podría reemplazar el cuero animal para siempre
Ankit Agarwal, fundador
Al comienzo se recolectaron estos desechos florales convirtiéndolos en varitas de incienso y mientras lo producían, una sustancia espesa comenzó a crecer sobre las fibras no utilizadas.
Esto llamó la atención y decidieron investigar. Así nace Fleather.
Hasta el momento se han creado con éxito prototipos de bolsos, carteras y zapatos con este nuevo material.
La empresa no solo contribuye a limpiar el río sino que también crea oportunidades de empleo para familias de la zona.
Actualmente, se encuentra trabajando con Phillips-Van Heusen Corporation (PVH Corp.), empresa detrás de Calvin Klein y Tommy Hilfiger, en la fabricación de bolsos a partir de Fleather.
Otras soluciones inteligentes a partir de hábitos culturales
Fleather es parte de una tendencia de materiales sostenibles que intentan resolver los problemas ambientales.
Zapatillas a partir del vino
El vino es un símbolo cultural desde la antigüedad.
Cada año se producen en todo el mundo 26 mil millones de litros de vino, generando aproximadamente 6.500 millones de litros de residuos como cáscaras y corazones.
Italia es el principal líder con el 18% de la producción total de vino del mundo.
Cada etapa de su producción contribuye significativamente al daño ambiental, al degradar los suelos, reducir la biodiversidad, contaminar las aguas , además de su empaque y transporte del producto terminado, dejando una huella ambiental grande.
Pangaia es una compañía que confecciona zapatillas de cuero a partir de los desechos de uvas de la producción de vino italiano.
Pero no solo reutiliza los orujo de uva desechados sino que parte de la suela de goma es también reciclada de residuos industriales.
Además es una compañía respetuosa con el medio ambiente obteniendo la certificación como Empresa B, la cual se otorga a negocios responsables, transparentes, considerando el impacto de sus decisiones a lo largo de su cadena de suministro.
Se produce responsablemente en Portugal, utilizando un mínimo de agua y alternativas de curtido vegetal, pegamento a base de agua y cordones de algodón natural con puntas de plástico 100% reciclado
Moda sin plastico
Nuestra dependencia del plástico comenzó en la década de 1960.
La producción de este material sintético no biodegradable, está creciendo a un ritmo alarmante. Enormes volúmenes de desechos se pueden encontrar en los vertederos y vías fluviales.
Según el informe “The New Plastics Economy Rethinking the future of plastics”, la producción de plásticos ha aumentado en los últimos 50 años, de 15 millones de toneladas en 1964 a 311 millones de toneladas en 2014, mientras que se espera que se duplique nuevamente en los próximos 20 años.
Para 2050, habrá más plástico que peces en los océanos del mundo
The New Plastics Economy Rethinking the future of plastics
La industria de la moda está dominada por las fibras sintéticas como el poliéster, cuya fabricación consume mucha energía, grandes cantidades de agua y produce altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, estos textiles son la mayor fuente de microplásticos, partículas de plástico casi imperceptibles, producto de la degradación de los residuos plásticos que pueden representar una amenaza para los animales y la salud humana.
Limpiemos este lugar
Girlfriend Collective es una compañía de prendas deportivas. Son sostenibles y fabricadas éticamente. Utilizan materiales reciclados como botellas de agua post-consumo, redes de pesca recuperadas del mar, retazos de tela entre otros desechos.
Su tela se tiñe con tintes ecológicos y las aguas residuales se limpian y enfrían cuidadosamente antes de ser liberadas.
Como la mayoría de las prendas deportivas están confeccionadas con telas sintéticas, se recomienda lavarlas en una bolsa de lavado o en un filtro.
Esta firma fabrica y vende uno que se conecta a la lavadora y que captura estas fibras antes de que puedan ingresar a las corrientes de agua, manteniendo las microfibras alejadas de los océanos.
Hasta incluso su embalaje es 100% reciclado y reciclable.
#BecauseThereIsNoPlanetB
Ecoalf es otra firma de moda sostenible y comprometida con el medio ambiente.
Fundada en España, utiliza redes de pesca desechadas, botellas de plástico post-consumo, llantas gastadas para crear sus líneas de ropa exterior y trajes de baño.
Su meta es reducir el consumo de recursos naturales. Por eso usa materiales reciclados, como nylon, poliéster, lana y algodón reciclado, reduciendo el consumo de agua y emisiones de CO2.
Son una marca certificada por el Estándar de Reciclaje Global (GRS), garantizando que todos los tejidos usados provienen de fuentes recicladas.
Además, en 2018 se convirtió en la primera marca de moda española en recibir el certificado como empresa B Corporation.
En sus propias palabras: “El futuro es ayer. Tomamos los desechos de ayer y les damos una segunda vida como fibra sostenible”.
Del café a la moda
Muchas personas comienzan el día tomando una taza de café. Por eso es una de las bebidas más populares del mundo, junto con el agua y el té.
El café se cultiva en áreas tropicales y subtropicales. Su producción afecta negativamente al medio ambiente por el consumo de agroquímicos, provocando deforestación, erosión del suelo y contaminación del agua como resultado de la descarga de contaminantes orgánicos a los fluviales de agua.
Sundried es una compañía relacionada con el deporte y el fitness.
Su colección de prendas deportivas EcoTech® está confeccionada con tela elaborada a partir de los posos de café reciclados.
Estos desechos de la preparación del café generalmente terminan en un vertedero, por lo que este proceso de reciclaje es verdaderamente ético y responsable.
Se procesan en un entorno de baja temperatura y alta presión para convertirlos en hilo que luego se teje en un tejido natural de alta tecnología.
Los hábitos culturales pueden parecer individuales pero en realidad están formados por la cultura que lo rodea.
Los consumidores son cada vez más conscientes de sus hábitos de consumo en relación a la huella ambiental que la industria de la moda genera.
Si bien estamos comenzando a eliminar ciertas conductas que ponen en peligro el medio ambiente, tenemos la responsabilidad de elegir la mejor forma de consumir productos disminuyendo sus desperdicios.