Septiembre es un mes importante en la industria de la moda. Es cuando se producen las semanas de la moda en Nueva York, Londres, Milán y París, donde los diseñadores más relevantes presentan sus colecciones en desfiles que marcan las tendencias que se vestirán en las próximas temporadas.
Como idea general, el calendario de la moda se compone de cuatro temporadas principales: Otoño/Invierno y Primavera/Verano, con colecciones femeninas y masculinas.
Las colecciones de Otoño/Invierno ocurren en los meses de febrero/marzo, y las de Primavera/Verano en el mes de septiembre. Es decir que cada colección se presenta con 6 meses de antelación. De esa manera hay tiempo suficiente para completar la producción, enviar a las tiendas previo a la próxima temporada y a los compradores para realizar sus pedidos.
Durante el resto del año, existen desfiles de Prêt-à-Porter (Ready to wear en inglés), Alta Costura, Pre-Fall, Crucero o Resort
Además de las semanas de la moda principales, cabe destacar las pasarelas de Berlin, Copenhague, Los Angeles, Madrid, São Paulo, Seúl, Tokio, entre muchas otras.
Y debido a los numerosos desfiles, ha crecido la preocupación mundial sobre el alto impacto medioambiental que estas presentaciones generan año tras año.
Nuestra huella en los viajes
De acuerdo a la revista Forbes, la industria de la moda representa más de 2,5 billones de dólares. Por término medio, un evento de 10 a 15 minutos puede costar entre 200.000 y más de un millón de dólares.
Los costes de un desfile de moda se componen de: locación, productores, iluminación, sonido, relaciones públicas, invitaciones, modelos, estilista, peluquería, maquillaje, catering, entre otros.
Según Vogue Business, organizar un desfile en la Semana de la Moda solo en Nueva York puede costar entre 125.000 y más de 300.000 dólares, excluyendo el precio de las muestras. Mientras que los costes pueden aumentar si el evento es en un lugar personalizado.
Por otro lado, miles de personas de todo el mundo, entre ellos editores de revistas de moda, prensa, expertos, celebridades, influencers y compradores de la industria, viajan a las diferentes ciudades para asistir a los eventos y desfiles.
Para asistir a las presentaciones, muchos de los asistentes suelen volar en jets privados.
De acuerdo a Greenpeace, los vuelos privados causan entre 5 y 14 veces más emisiones de carbono por pasajero que un avión comercial medio y 50 veces más que los trenes.
En consecuencia, el uso de recursos sumado a los vuelos están generando una enorme huella medioambiental.
Informe Zero to Market
Un informe publicado por la compañía de tecnología de la moda ORDRE en colaboración con la consultora Carbon Trust, calculó los gastos de desplazamiento asociados a las semanas de la moda a partir de la temporada de primavera 2018.
Se evaluaron las cuatro principales semanas de la moda durante cuatro temporadas femenina y dos masculinas, así como la asistencia y participación en pasarelas de Copenhague, Tokio y Seúl.
El estudio recopiló datos de 5.096 diseñadores junto a 2.697 compradores como Galeries Lafayette, Net-a-Porter, Selfridges, para calcular las emisiones de carbono producidas durante un periodo de 12 meses.
La investigación develó que en un solo año, la temporada Primavera/Verano 2018 de Prêt-à-porter, generó un total de 241.000 toneladas de emisiones de carbono a la atmósfera, procedentes de los viajes en avión, alojamiento, desplazamientos interurbanos y transporte de las prendas.
La semana de la moda de Nueva York fue la mayor responsable de la cantidad de carbono con 37% de todas las emisiones, seguido por París con 28%, Londres con 18% y Milán con 17%.
Según el informe, estas son estimaciones conservadoras toda vez que la investigación se centró en las emisiones de los viajes asociados a los aspectos comerciales y las colecciones de las semanas de la moda, sin tener en cuenta los medios de comunicación e invitados.
Aunque es probable que las emisiones medidas en este estudio representan un pequeño porcentaje de las emisiones totales del sector de la moda, se trata de una parte muy visible del sector en la que un cambio positivo puede influir en toda la cadena de suministro y en otros sectores
Pauline Op de Beeck de Carbon Trust.
Asimismo, el informe incluyó sugerencias sobre cómo solucionar el problema, como por ejemplo juntar las temporadas femeninas y masculinas en un mismo desfile, o combinar las colecciones de pre otoño y otoño.
Desfiles sostenibles
Muchas firmas comprometidas a combatir la crisis climática están colaborando para minimizar su huella de carbono.
Diesel y Marni recurren al upcycling para reducir su impacto medioambiental, mientras que la productora internacional Bureau Betak, encargada de los grandes desfiles, entro hacer parte de la norma ISO 20121.
Gabriela Hearst
La pasarela Primavera-Verano 2020 de la diseñadora uruguaya fue el primer desfile con huella de carbono cero. Junto a EcoAct y Bureau Betak examinaron los aspectos necesarios del proceso de producción, diseño e instalación para reducir al mínimo la huella de carbono resultante y así determinar las cantidades de compensación consiguientes.
Gucci
La firma italiana presentó un desfile neutro en carbono durante la Semana de la Moda de Milán 2020, en el cual se comprometieron a compensar las emisiones de los viajes de invitados y trabajadores, a utilizar madera reciclada para el decorado y papel certificado por el Forest Stewardship Council para las invitaciones.
Burberry
El desfile Otoño/Invierno 2020 de la firma de lujo Burberry también fue neutro en carbono: se llevó a cabo en una locación sostenible certificada, priorizó los vehículos eléctricos y no utilizó transportes aéreos. La firma colaboró con PUR Project para plantar árboles y ayudar a restaurar los ecosistemas autóctonos dañados por los incendios forestales en nombre de los invitados.
Stella McCartney
La firma de la diseñadora inglesa dice tener en cuenta el impacto de sus desfiles y eventos en los que sirve comida vegetariana entre bastidores y utiliza invitaciones digitales en lugar de físicas.
Semana de la Moda de Copenhague
A partir de 2020, la Semana de la Moda de Copenhague introdujo un conjunto mínimo de normas de sostenibilidad que deben cumplir todas las firmas que participan de sus desfiles.
Las normas mínimas abarcan seis áreas de interés que cubren toda la cadena de valor: 1) direcciones estratégicas, 2) diseño, 3) elección inteligente de materiales, 4) condiciones de trabajo, 5) compromiso de los consumidores, 6) desfile.
A fin de poder cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la industria de la moda debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y compensar la huella de carbono no solo creada por los desfiles sino por todos los eventos relacionados con el sector.