«Una imagen vale más que mil palabras”, reza el famoso refrán. Una sola imagen puede transmitir ideas complejas casi de manera más efectiva que una descripción textual o verbal. ¿Estás de acuerdo? Las películas y las series nos ayudan a comprender mejor la vida a través de imágenes.
La época navideña es inherente a la aparición y reposición de películas que giran en torno a las fiestas
Las plataformas y la televisión, en general, aprovechan estos días para sacar en sus parrillas toda la artillería navideña audiovisual. A algunos les encanta la idea y se dejan invadir por la morriña; otros las aborrecen y prefieren elegir otro contenido. ¡Qué suerte que ahora podemos elegir! ¿Qué pasaba antes de la llegada de internet y de estas plataformas llenas de contenido para todos? Sencillamente, nuestra capacidad de elección se limitaba a aquello que nos ofrecía la televisión pública y la privada, dirigiéndose (casi) siempre a las grandes masas. Hoy en día, si bien recibimos a veces demasiada información, tenemos el poder de elegir conscientemente lo que queremos consumir. Podemos apostar por contenido que nos aporten una mirada más sostenible de la vida.
Generalmente, las películas que tratan el tema de la Navidad suelen estar cortadas por los mismos patrones. Regalos y más regalos, amores románticos demasiado idealistas, Santa Claus y su legión de duendes, magia, purpurina, mucha nieve y buenas acciones.
El consumismo y el estrés asociado a las compras de estos días habitualmente forma parte de la base de estas películas
Es fácil que nos vengan a la cabeza imágenes de mesas llenísimas de comida (es probable que ante escenas así te hayas preguntado “¿qué sucede con la comida que sobra? ¿la tiran? ¿la aprovechan para otro día?”). También árboles gigantes en el salón decorados con infinidad de adornos y montañas de regalos. Y, como no, colas en centros comerciales, luces en la calle y en las casas, quizás algo excesivas.
Ante esta avalancha de imágenes navideñas allá por donde vayas y de ciertos clichés, venimos a proponerte cinco películas que te ayudarán a salir de este bucle.
Son películas que se pueden ver en familia, en soledad o con amigos y tienen un claro mensaje ecológico y de amor por la naturaleza. Sí, la concienciación sobre la sostenibilidad se debe tener presente todo el año, pero aún tiene más importancia remarcarla en fechas como en las que nos encontramos.
¿Tomas nota?
WALL-E
La primera propuesta es WALL-E (2008) y trata temas tan actuales como el consumismo sin control, la codicia empresarial y la negligencia ambiental. La acción sucede allá por el año 2800 en el que la Tierra se ha convertido en un mundo de basura a consecuencia del impacto negativo de la humanidad sobre ella. Que no os engañe el hecho de que sea una película animada, pues el mensaje es tanto para adultos como para pequeños.
Volando libre
La segunda película que te recomendamos es Volando Libre (L’incredibile Volo/ Fly Away Home) que se lanzó en 1996. Es un canto al ecologismo, a la naturaleza y a la aventura. De cómo vínculos especiales creados con animales pueden ayudar a que las relaciones entre humanos sean también especiales. Y es que estar conectados con el mundo que nos rodea, nos hace conectarnos con nuestros semejantes. La humanidad tiende a pensarse por encima de las plantas y los animales y no debería ser así. Debemos saber vivir en consonancia con la Madre Tierra y no hacer que ella se adapte a nosotros.
Bikes
La tercera película que proponemos es Bikes (2018) que nos muestra una ciudad en la que sus habitantes son bicicletas de todo tipo y que viven en armonía y en base a la sostenibilidad. De pronto, la ciudad de Spokesville es sacudida por la aparición del motor de explosión de gasolina, con todo lo que ello conlleva: contaminación, estrés provocado por querer ir más rápido por la vida, etc. Se nos hace reflexionar sobre cómo nos gustaría que fueran los nuevos modelos de ciudad y sobre todo, influenciar en las generaciones futuras sobre la importancia de apostar por recursos renovables en detrimento de las no renovables.
Minúsculos
La cuarta película que os traemos es Minúsculos: el valle de las hormigas perdidas (2013) que nos insta, tanto a grandes como a pequeños, a observar con más atención el mundo que nos rodea. Especialmente, aquel que no podemos ver a simple vista por tener un tamaño mucho más pequeño que nosotros. ¿Cómo influye la basura que arrojamos al suelo en los pequeños insectos y en el mundo en general? Debemos ser capaces de gestionar mejor nuestros residuos y tratar de minimizarlos todo lo posible.
Lorax
La quinta y última película que os proponemos es Lorax. En busca de la trúfula perdida (2012) que nos presenta un mundo en el que la naturaleza hace mucho que se perdió y donde dos niños sueñan con ver un árbol de verdad. Ello les conducen a ir más allá de los límites de su ciudad prefabricada y vivir aventuras en busca de esa trúfula perdida que hará que la naturaleza reviva.
La sola idea de pensar que la naturaleza ya no existe y que se encuentra representada a través de hologramas o imágenes es aterradora, ¿no os parece? Está en nuestras manos que esto no llegue a suceder.
Reunirse con los tuyos para ver una película en torno a un gran bol de palomitas (intenta apostar por el maíz a granel en lugar de la bolsa de microondas, así evitarás consumir un producto que lleva asociado dos envases de un solo uso) es un plan que nunca falla y te conecta con los demás. Y, si encima, te hace cambiar tu forma de ver el mundo y provoca en ti una sonrisa y un motivo por el que formar parte del bando que quiere un lugar mejor; habrás ganado el premio gordo.