Los olores acompañan cada momento de nuestras vidas. Nos dan la oportunidad de grabar recuerdos o lugares en nuestras mentes, mejorar (o empeorar) ciertas experiencias y ayudarnos a disfrutar mejor de los alimentos que comemos.
Sin embargo, el método de producción de fragancias se está revolucionando. Las biotecnologías están trayendo también grandes cambios en el campo de los perfumes.
¿Qué es exactamente la biotecnología?
Según Oxford Language, es una ciencia cuyo uso industrial se utiliza para la producción de sustancias procesadas por células y enzimas. Esto se refiere tanto a los procesos tradicionales de fermentación utilizados para obtener vino, cerveza, queso y yogur, como a las técnicas de ingeniería genética y biología molecular para la producción de materiales biológicos (por ejemplo, hormonas y enzimas) a través de modificaciones de células bacterianas y animales.
Por lo tanto, es algo innovador que desde hace años se ha utilizado en la agricultura, en el sector farmacéutico y recientemente también en el sector de la cosmética y la belleza para producir nuevos productos, pero también para apuntar a una sostenibilidad que ahora es cada vez más necesaria.
La biotecnología contribuye a la reducción de los efectos nocivos en nuestro planeta. De hecho, reducen los procesos de producción como el consumo de agua, las emisiones de gases y el uso de energía.
Las conocemos como biotecnologías industriales pero también se les llama «biotecnología blanca» o «la tercera ola de la biotecnología» y hoy han aterrizado en el campo de los perfumes a la vanguardia.
Un hito en el sector de la belleza gracias a la biotecnología
Hoy en día, encontrar las materias primas para la creación de perfumes y fragancias es cada vez más complejo. El cambio climático continuo conduce a una dificultad en la producción de ciertas plantaciones. Por lo tanto, se está optando por la biotecnología para la producción de fragancias utilizando microbios fermentados. La biotecnología permite la creación de productos sin la explotación real de recursos naturales que en algunos casos están desapareciendo o se han reducido enormemente.
La biotecnología blanca ofrece muchas ventajas sobre los procesos tradicionales para la producción de productos de base biológica. En primer lugar, los procesos biotecnológicos son generalmente más sostenibles que los procesos químicos habituales. Esto se debe al hecho de que los procesos biotecnológicos utilizan fuentes de energía renovables, reducen el uso de productos químicos tóxicos y producen menos residuos.
Las moléculas creadas en el laboratorio se pueden utilizar para crear detergentes y perfumes con resultados más fuertes y duraderos que el producto natural.
Los diferentes usos de perfumes y fragancias
Últimamente, la idea de acompañar experiencias con fragancias se está desarrollando mucho, el marketing olfativo es prueba de ello. Varios estudios muestran cómo ciertos olores pueden mejorar o empeorar nuestras experiencias, o cómo pueden acompañarnos a tomar ciertas decisiones sobre otras.
De hecho, hay muchas experiencias que se basan en el uso de olores particulares, como spas especiales, restaurantes sugerentes, tiendas o incluso lugares de trabajo, donde ciertos perfumes se utilizan para promover la relajación y la concentración. Por ejemplo, un estudio mostró que los aceites esenciales, especialmente el aceite de sándalo, pueden aliviar el estrés y facilitar la recuperación después de un evento estresante al reducir la presión arterial sistólica y los niveles de cortisol salival, considerados biomarcadores de estrés.
Incluso el sentido del gusto puede verse influenciado por los olores, solo piense en algunos alimentos vegetarianos, hechos muy similares a la carne real gracias a la textura y el olor.
La importancia de los perfumes y la biotecnología
La creación de perfumes es una tradición milenaria. Baste decir que los antiguos egipcios ya se dedicaban a ello y habían refinado diferentes técnicas de producción. El uso de perfumes o aceites esenciales no solo sirve como «accesorio» para la persona que lo lleva, sino que la representa, dice algo de ella y el tipo de fragancia que le gusta puede variar desde la más dulce y cítrica hasta la más amaderada y amarga.
La primera química en la historia en utilizar la técnica de destilación para la producción de fragancias fue Tapputi, que vivió en Mesopotamia en 1200 aC. En la actualidad, encontramos a otra mujer importante en el mismo campo, Sara Reisinger, una biotecnóloga que dirige la unidad de investigación Firmenich en Ginebra. Este último está tratando de revolucionar el mundo de los perfumes, utilizando algoritmos que pueden aprender y desarrollar automáticamente fragancias innovadoras de manera eficiente.
Las enzimas creadas en el laboratorio también pueden utilizar residuos de otras industrias como punto de partida para crear perfumes verdaderamente «verdes». Estos procesos no solo aumentan la variedad de perfumes disponibles, sino que ayudan a proteger los preciosos recursos de nuestro planeta.
La transición de las grandes empresas hacia producciones más sostenibles en el área de perfumes aporta un beneficio inigualable al consumidor final en términos de variedad, calidad, sostenibilidad y respeto por el planeta. La ventaja también se refleja en las empresas. De hecho, las empresas involucradas no están obligadas a basar su producción en materias primas influenciadas por la imprevisibilidad del tiempo meteorológico y el cambio climático.
El mundo del lujo también está prestando cada vez más atención a la creación de perfumes sostenibles y biotecnología. Un ejemplo es la fragancia Dylan Turquoise de Versace, cuyo ingrediente principal es el limón “primofiore”. Más del 85% de la fragancia contiene materias primas biodegradables creadas utilizando la investigación biotecnológica más avanzada.
En los últimos años, por lo tanto, nos estamos acercando cada vez más a un mundo sostenible. La biotecnología en este caso ciertamente contribuye al desarrollo de un planeta verde.