Muy a menudo escuchamos hablar de sostenibilidad, pero esto no es suficiente. Tenemos que entender qué significa ser sostenible y qué podemos hacer en nuestra vida diaria para respetar el medio ambiente. La sostenibilidad significa vivir en armonía con la naturaleza, encontrar un equilibrio entre lo que damos y lo que pedimos a la naturaleza, y este camino requiere tiempo y perseverancia. Esta filosofía también se denomina green thinking y puede utilizarse en muchos ámbitos diferentes, incluidos los salones de belleza.
Sostenibilidad y cosmética:
La industria de la belleza aún tiene mucho que aprender en materia de sostenibilidad. Según un documental de la BBC, Blue Planet II, desde la década de 1950 la industria produjo más de 8.300 millones de toneladas de plástico y el 60% ha acabado en vertederos o en el medio ambiente. El sector de la cosmética es uno de los más contaminantes con sus envases que no siempre son reciclables.
Sin embargo, hay que decir que hay muchos ejemplos, desde grandes marcas hasta pequeñas empresas, de empresas que invirtieron el rumbo.
Hacia una cosmética más ecológica:
Algunos de los puntos en los que puede centrarse un salón de belleza son:
El uso de productos reutilizables. Por ejemplo, no los clásicos algodones desechables y – donde no es posible – una cuidadosa elección de materiales y un reciclaje consciente.
Incorporar plantas en los salones es otra buena práctica, no sólo para la producción de oxígeno sino también para compensar la gran producción de dióxido de carbono. Según una investigación de LifeGate, sabemos que un salón medio libera 18.500 kg de dióxido de carbono a la atmósfera en un año.
Belleza y relax ecológicos al estilo italiano
Uno de los salones que más siguen la filosofía del green thinking es el Lepri Lifestyle Salon & Spa, abierto hace unos años por Aveda. Este espacio en el corazón de Milán está cuidado hasta el último detalle, desde el mobiliario realizado con materiales sostenibles como el bambú y el papel de arroz hasta los tratamientos ofrecidos para el rostro y el cuerpo.
En la misma dirección se mueve Contesta Rock Hair, un grupo con salones en Florencia, Roma y otras ciudades del mundo. Además de prestar atención a las elecciones cotidianas, el grupo también se sumó al proyecto Impatto Zero de LifeGate. El proyecto diseñado para las empresas se compromete a lograr la neutralidad en carbono, pero ¿cómo? Plantando árboles para crear nuevos bosques que compensen las emisiones de dióxido de carbono.
Otro ejemplo de salón italiano que funciona según el green thinking es Santini Salon Hair & Beauty. Este salón lleva más de 10 años colaborando con Davines, una empresa B Corp con sede en Parma. La visión de Davines, también compartida por Santini Salon Hair and Beauty, encaja perfectamente con la idea de un salón sostenible: “Ser los mejores para el mundo, creadores de una buena vida para todos, a través de la belleza, la ética y la sostenibilidad”.
Por último, la Hair Boutique, en el corazón de Bolonia, es otro ejemplo de negocio ecológico. En este salón, los envases y materiales utilizados se eligen para que tengan un impacto medioambiental mínimo. Los productos seleccionados también tienen un alto porcentaje de ingredientes activos botánicos. El propietario del salón sigue una filosofía biodinámica y natural con gran atención a cada cliente individual.