Los detergentes y productos de higiene se utilizan en la vida cotidiana para el lavado y cuidado de la ropa y también para la limpieza de muchas superficies de la casa. Generalmente tienen perfumes fuertes y artificiales, sumado a una gran cantidad de químicos que no sabemos de dónde provienen o cuáles son los daños que pueden provocarnos. Basta con leer las indicaciones de peligro que se encuentran en las etiquetas para darnos una idea de lo que estamos utilizando en nuestro hogar cada día.
¿Qué buscamos cuando compramos productos de limpieza? Básicamente queremos que remuevan la suciedad, desinfecten y que dejen un aroma agradable en la casa y la ropa. Pero ¿qué pasa con sus efectos adversos para la salud y el medioambiente? ¿Existe algún tipo de detergente más amigable con la naturaleza?
Los detergentes son productos sintéticos que contienen sustancias derivadas del petróleo, tintes, perfumes, abrillantadores, enzimas y químicos. En su mayoría contienen elementos tóxicos, como el fosfato o el cloro. Los fosfatos se componen principalmente de fósforo y oxígeno y se utilizan para ablandar el agua y evitar que se acumulen minerales en las superficies. En la Unión Europea rige un Reglamento sobre detergentes, que establece las normas que se deben cumplir para poder comercializar estos productos.
Varios tipos de detergentes en el mercado
Detergente líquido. Este tipo es el más versátil, se disuelve fácilmente y no deja residuos de polvo en la ropa. Tampoco deja restos en la lavadora, lo cual le garantiza una mayor vida útil. Funciona mejor quitando manchas de grasa o aceite y lava igualmente bien con agua fría o agua caliente. Una de las desventajas de estos detergentes es que sus envases plásticos raramente son reciclados y terminan en grandes vertederos. Además su fórmula contiene ingredientes tóxicos que contaminan el agua y la tierra.
Detergente en polvo. Este tipo de jabón es igual de eficaz que el líquido. Sin embargo, suele ser más económico y más efectivo contra las manchas difíciles de quitar. Además, muchos de ellos están envasados en cajas de cartón las cuales se consideran más ecológicas que los envases plásticos. Algunos contienen blanqueadores de oxígeno que no poseen los detergentes líquidos, eso le da brillantes y blancura a las prendas.
Sin embargo, este tipo de detergente puede dejar restos y marcas en la ropa oscura, produce un mayor desgaste en las prendas, es abrasivo y se acumula en la lavadora llegando incluso a estropearla.
En tercer lugar se encuentran los detergentes en cápsulas. Se trata de limpiadores líquidos concentrados contenidos en una resina soluble que se disuelven al contacto con el agua. Estos envases tienen una vida útil prolongada pero son altamente tóxicos. Se han reportado muchas intoxicaciones en niños y mascotas debido a su atractiva apariencia y fragancia.
Por último, se encuentran los detergentes biodegradables que pueden encontrarse en polvo, líquidos, gel, cápsulas o eco-láminas. Este tipo de limpiadores son de origen vegetal y se formulan con surfactantes (provenientes de organismos vivos bacterias, levaduras y hongos), derivados de aceites y grasas naturales que reducen la tensión superficial del agua y permiten la formación de burbujas. Son productos de origen vegetal o bioproductos. En su fórmula pueden contener aceites esenciales, tintes y grasas naturales. No contienen componentes sintéticos, ni conservantes, esto significa que no dejan residuos contaminantes o dañinos en el agua o en el suelo.
Este tipo de limpiadores tampoco contienen sulfatos, productos químicos presentes en los productos de higiene y limpieza desde 1930. El sulfato no es biodegradable por lo tanto contamina el agua.
Los detergentes biodegradables son hipoalergénicos, son solubles en agua y no dejan rastros en la ropa que puedan pasar a la piel y causar problemas dermatológicos. Además, son poderosos limpiadores. No poseen ingredientes de relleno como el almidón y tienen buenos resultados en lavados con agua fría o caliente. Las eco láminas, por ejemplo, son fáciles de transportar, se componen de ingredientes vegetales biodegradables y no son tóxicas. Por lo tanto, son seguras para las personas, el medio ambiente y ayudan a reducir la huella de carbono.
Otro de los beneficios es su efectividad, ya que se necesita una menor cantidad de producto para la limpieza o el lavado de ropa. Poseen fragancias suaves y agradables (cítricos, lavanda), sin los olores químicos de los limpiadores tradicionales. Asimismo, muchos de los envases son biodegradables, compostables o están diseñados para ser reutilizados y rellenados como los envases de vidrio.
Sumado a todo eso, este tipo de detergente orgánico tiene distintos usos, como lavar la vajilla, limpiador de piso, de baño y de cocina. No deteriora la lavadora ni los conductos del lavabo ya que no deja residuos acumulados.
Lo más importante de todo, es que al usar este tipo de limpiadores estás contribuyendo a reducir la huella de carbono que originamos al desplazarnos, consumir, limpiar y alimentarnos. Esto te hará sentir más comprometido con el medioambiente y sin dudas esta es la mejor opción entre los limpiadores que ofrece el mercado.
Por lo tanto, a la hora de comprar productos de limpieza, revisa las etiquetas y asegúrate de consumir productos saludables, naturales y ecológicos para el bien de todos los que vivimos en este mundo.