En un momento en que la salud de nuestro planeta es más crítica que nunca, adoptar la sostenibilidad en los diseños arquitectónicos no solo es beneficioso, sino esencial. Dar pasos hacia el diseño sostenible en medio de los acuciantes retos del cambio climático y la degradación del medio ambiente. La demanda de prácticas sostenibles nunca ha sido mayor. Cada paso hacia la sostenibilidad, por pequeño que sea, contribuye a un gran impacto en el medio ambiente y las comunidades. La sostenibilidad al 100% de cada proyecto puede no ser siempre factible debido a diversas restricciones: desde el presupuesto hasta las limitaciones específicas del lugar. Sin embargo, es fundamental reconocer que la perfección no debe ser enemiga del progreso. A continuación los 10 pasos hacia la sostenibilidad
1. Conocer los materiales locales
Trabajar en estrecha colaboración con los lugares y conocer a los proveedores y productores locales. Abastecerse de materiales que cumplan normas de producción sostenibles; seleccionar materiales producidos localmente. Reducir los costes de transporte y las emisiones. Sostener la economía local: comprobar las credenciales y certificaciones de abastecimiento (para una silvicultura sostenible o una minería responsable). Todo ello para garantizar que los materiales no tengan un impacto negativo en los ecosistemas de origen.
2. Reciclar
Comienza el proyecto comprobando posibles fuentes de materiales reciclados, coopera con empresas de demolición, proveedores de materiales y centros de reciclaje. Pueden obtenerse materiales como madera recuperada, metal reciclado o equipos reutilizados. Integrar estos elementos en el proyecto no solo ahorra recursos, sino que añade una “historia” de sostenibilidad al edificio.
3. Reutilizar lo existente
Buscar oportunidades para reutilizar edificios existentes es crucial. Oportunidades que preserven los recursos y protejan el patrimonio cultural, al tiempo que ofrecen retos arquitectónicos únicos. Reducir la demanda de nuevos materiales minimiza los residuos. Es fundamental añadir una “capa” de continuidad histórica al nuevo edificio.
4. Mejorar el aislamiento y la retención del aire
Adopta tecnologías de aislamiento de última generación, como placas aislantes al vacío o materiales de cambio de fase, para maximizar la eficiencia térmica. Presta atención a la eliminación de puentes térmicos y al sellado de fugas de aire, que son fundamentales para mantener la eficiencia energética y garantizar niveles constantes de confort interior. Un mejor aislamiento no solo optimiza el rendimiento energético, sino que también contribuye a un importante ahorro a largo plazo en calefacción y refrigeración.
5. Aprovechar la calefacción y ventilación pasivas
Optimizando la orientación de un edificio y seleccionando materiales que mejoren la masa térmica y el sombreado solar, se puede aumentar considerablemente la eficiencia energética. En los climas más fríos, los edificios pueden orientarse para aumentar la exposición al sol durante los meses de invierno. En las regiones más cálidas, el sombreado puede servir para mantener frescos los interiores. Las ventanas y la ventilación estratégicamente situadas favorecen la circulación natural del aire y minimizan la necesidad de sistemas mecánicos de refrigeración y calefacción, no solo reduciendo los costes energéticos, sino también aumentando el confort interior durante todo el año.
6. Energías renovables
Aprovecha al máximo las energías renovables, evaluando los recursos naturales disponibles, como la energía solar, geotérmica y eólica, e integrando las tecnologías adecuadas para generar energía directamente in situ. Esto no solo ayuda a reducir la huella ecológica del edificio, sino que también ofrece un importante ahorro de costes a lo largo del tiempo, reduciendo drásticamente los gastos energéticos.
7. Gestión del agua
Desarrollar sistemas para gestionar y reciclar las aguas grises, como el agua de lluvia, para usos como el riego y las cisternas, reduciendo significativamente la demanda de agua dulce. Aplicar estrategias para reducir la escorrentía de aguas pluviales a fin de mitigar las inundaciones y reducir la contaminación del agua.
8. Calidad del aire interior
Es crucial utilizar materiales con bajas emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV), así como incorporar sistemas avanzados de filtración del aire, como filtros HEPA, para purificar el aire interior. Además, la presencia de abundante luz natural puede mejorar significativamente el bienestar, reduciendo el riesgo de problemas respiratorios y mejorando el estado de ánimo y la productividad. Un entorno bien iluminado y con aire limpio es esencial tanto para la salud como para el confort.
9. Reducir los residuos
Hay que aprovechar los métodos de construcción ajustada y las herramientas digitales, como el modelado de información de construcción (BIM), para simplificar el proceso de construcción y minimizar la generación de residuos. Las prácticas eficaces de clasificación y reciclado in situ permiten reutilizar los materiales, lo que reduce la necesidad de nuevos recursos y minimiza el impacto ambiental del edificio. Este planteamiento conserva los recursos y está en consonancia con los objetivos mundiales de sostenibilidad.
10. Reutilización
Elegir métodos de construcción que permitan un desmontaje fácil, diseñando elementos estructurales y juntas que se ensamblen para facilitar al máximo el desmontaje y la reutilización. Utilizar componentes estandarizados que puedan sustituirse o actualizarse fácilmente, garantizando múltiples “ciclos de vida”.
He aquí diez formas prácticas de incorporar la sostenibilidad al diseño, reconociendo que incluso la adhesión parcial a estos pasos puede marcar la diferencia: desde la eficiencia energética a los materiales sostenibles, desde las prácticas de construcción a las estrategias para aprovechar al máximo los recursos disponibles. Estos planteamientos deben poder adaptarse a futuros avances tecnológicos o cambios de uso, garantizando que los espacios sigan siendo funcionales y pertinentes a lo largo del tiempo. Reducir la necesidad de renovaciones de alta intensidad favorece el crecimiento sostenible y la adaptación del entorno construido.
Para saber más:: Designing a Better Future
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