Hoy en día muchas firmas de moda están trasladando su producción a su país de origen. Quieren reducir costes, contribuyendo con la sostenibilidad.
Es un hecho ampliamente reconocido que la industria de la moda es considerada una de las más contaminantes del mundo por su gran impacto negativo en el medio ambiente.
En los últimos años, este sector ha experimentado una drástica transformación con el surgimiento de la moda rápida y ultra rápida, siendo uno de los mayores problemas a los que se está enfrentando hoy el planeta y que afectará a las futuras generaciones.
Deslocalización
Históricamente, un gran número de firmas de moda se beneficiaron del proceso de producción deslocalizado.
La deslocalización es una práctica empresarial que consiste en trasladar la producción a países donde las condiciones laborales e impositivas permiten reducir los costes de fabricacion, consiguiendo mayores ganancias.
Aunque la etapa final de la producción se realice en un país, es probable que las materias primas procedan incluso de otro continente; siendo diferente del lugar de comercialización y consumo.
Las compañías que optan por esta estrategia y por ejemplo trasladan su producción a Asia o países en desarrollo, si bien se garantizan menores costes, pierden el control de las condiciones de trabajo de las personas que confeccionan las prendas.
Los países en desarrollo son mercados importantes para la fabricación de prendas. Son países empobrecidos con normativa laboral escasa que facilitan las firmas a pagar menos salarios a los trabajadores que generalmente trabajan en condiciones inseguras.
Se considera que esta estrategia comercial surgió con la eliminación del Acuerdo Multifibras, el cual regulaba el comercio global de productos textiles y de confecciones entre dos países.
Con la eliminación de las cuotas impuestas al comercio internacional de artículos textiles, muchas firmas trasladaron su cadena de producción a Asia para reducir sus costos.
Pero no sólo las firmas de moda rápida son las que se abastecen de cadenas de suministro en otros países. El sector del lujo también tiene proveedores extranjeros.
Con la fabricación internacional, las firmas no solo deben tener en cuenta el tiempo de espera de la fabricación sino también el tiempo de entrega.
La pandemia del COVID-19 expuso el gran problema de la producción fuera del país de origen. Al cerrar las fronteras las compañías que dependían de materias primas y prendas fabricadas en el extranjero no pudieron obtenerlas, dejando sin cobrar a muchos proveedores mundiales.
Las congestiones burocráticas y el aumento en los costos de envío, fueron motivos para que las compañías comenzaran a considerar el regreso a sus tierras.
«La volatilidad de la demanda es una de las principales razones que dieron los responsables de compras para adaptar sus cadenas de suministro, ya que la recuperación tras el cierre y los picos de demanda ponen a prueba las capacidades de producción y transporte», decía Matt Powell, analista y asesor de la empresa de estudios de mercado NPD a Vogue Business.
Vuelta a las raíces
Si bien la deslocalización conlleva mayores ganancias, el sector de la industria textil está comenzando a replantearse su cadena de producción.
Según un informe de McKinsey & Company, donde se pregunta si ¿Vuelve a casa la confección?, se indica que los consumidores son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de los modelos lineales de producción de prendas de vestir.
Asimismo, afirma que alrededor del 78% de los encuestados dijo que es muy probable que la sostenibilidad sea un factor de compra clave para los consumidores de aquí a 2025.
De acuerdo al informe, uno de los mayores retos actuales es el abastecimiento de materias primas y tejidos; y sólo una cadena de valor ubicada en un mismo lugar ofrece la velocidad y flexibilidad de la cadena de suministro.
Reshoring
Es la relocalización de la producción.
Es el proceso de devolver la fabricación de productos nacionales de un país extranjero al país de origen.
Retornar los procesos implica invertir en el propio país, impulsando el mercado laboral interno, mejorando el crecimiento económico y desarrollando una relación con proveedores locales.
Nearshoring
Es otra alternativa a la relocalización. Implica acercar la producción para una mejor logística y más control, transfiriendo trabajo a otra compañía que se encuentra dentro de su propia región.
Beneficios
- Reduce las emisiones de gases de efecto invernadero
- Disminuye el riesgo de mayor contaminación
- Asegura menores tiempos de compra
- Optimiza los costos de logística
- Genera mayor control de las operaciones
- Reduce los problemas regulatorios
- Aumenta la transparencia en la cadena de producción
- Atrae a consumidores comprometidos
Firmas en movimiento
La firma italiana Benetton es una de las compañías que está acercando la producción a su país de origen, como Turquía, Serbia y Egipto , con el objetivo de reducir la producción de fabricación de bajo costo en Asia.
De acuerdo a su CEO Massimo Renon «es una decisión estratégica para tener más control sobre el proceso de producción y también sobre los costes de transporte».
La firma Hugo Boss es otro ejemplo de compañía que está comprometida a producir cerca de donde comercializa sus productos.
«El nearshoring ha ganado popularidad en los últimos meses debido a la reciente escasez de capacidad, a los cuellos de botella en la infraestructura logística mundial y al aumento de la demanda global», afirma la responsable de comunicación corporativa global de la firma.
Recientemente, PVH Corp. (compañía estadounidense propietaria de las firmas Tommy Hilfiger, Calvin Klein y que posee también la licencia de Michael Kors) cerró una de sus fabricas en Etiopía debido a las acusaciones de violaciones a los derechos humanos en el país.
Lo que demuestra que la fabricación internacional no siempre es la mejor opción.
El caso Manteco
Manteco es una empresa italiana creada en los años 40 que se especializa en textiles de alta calidad.
Con su propia denominación de origen, presta especial atención a la circularidad y la sostenibilidad de su lana a través de soluciones innovadoras.
Posee una alta gama de colores de lana regenerada (MWool®) a través del proceso de Recype®.
Esta casa italiana ha trabajado con firmas de lujo como Dior y Prada, y hasta ha colaborado con la marca de moda rápida Zara.
Desde sus inicios, la sostenibilidad ha sido parte principal de su ADN.
Por ello cuenta con MantEco for Planet®, una hoja de ruta alineada con los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, la cual ha sido galardonada con el premio «Radical Green».
Además, son miembros de la Red de la Fundación Ellen MacArthur.
Manteco persigue constantemente objetivos de crecimiento y expansión, con la vista siempre dirigida en potenciar los valores de la sostenibilidad.
Con la vuelta de la fabricación a su país de origen, las firmas no solo tienen un mayor control directo en toda la cadena productiva, sino que están contribuyendo en gran medida a la sostenibilidad.