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¿Fibras naturales o recicladas?

Visual Curator
Vittoria Rossini
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Andrea Terrado
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Bryan Bravo

Hoy en día, según McKinsey & Co., se generan solo en Europa más de 15 kilos de residuos textiles por persona que en su mayoría acaban en vertederos o incinerados en países del Sur Global. Una solución a esta problemática es el reciclado de fibras para convertir los desechos en tejido nuevo.

Fibras naturales vs. Fibras recicladas 

Conforme informa Ellen MacArthur Foundation, el 97% de todos los materiales utilizados para producir prendas proceden de materias primas vírgenes, mientras que del restante 3% de materiales reciclados, solo el 1% es textil reciclado.

A fin de poder hacer la distinción, las fibras naturales son tejidos naturales 1) de origen vegetal como el algodón, lino, cáñamo o celulosa como el rayón o viscosa; y 2) de origen animal como la lana, la seda y el cuero.

Tienen como ventaja sostenible, en comparación con las fibras sintéticas, una menor huella medioambiental ya que requieren menos químicos y uso de energía en su producción; además de ser biodegradables por naturaleza.

Por otro lado, la norma ISO 14021 define a los materiales reciclados como procesados a partir de materiales recuperados mediante un proceso de fabricación y convertidos en un producto final o componente para su incorporación a un producto.

La ventaja sostenible de las fibras recicladas es que reducen los residuos que acaban como desechos y el uso de tierras cultivables y nuevos materiales.

Image by Iana Motoc

Impacto 

Pero la biodegradabilidad no es lo único a tener en cuenta para que un tejido sea sostenible. El impacto negativo de la industria de la moda en la biodiversidad es consecuencia en gran parte de la producción de fibras naturales.

El abastecimiento de tejidos celulósicos para fabricar viscosa contribuye negativamente en la deforestación mundial. La ONG Canopy calcula que cada año se talan más de 300 millones de árboles con este fin. 

Asimismo, los tejidos de origen animal provenientes de la ganadería requieren un mayor consumo de recursos de la tierra.

La industria de la moda utilizará un 35% más de tierra para la producción de fibras de aquí a 2030.

Fashion Revolution

La utilización de materiales reciclados no solo reduce el uso de materiales vírgenes sino que ahorra el consumo de agua y energía, disminuyendo el uso de los recursos naturales necesarios para la producción de nuevas prendas.

En la actualidad, se estima que menos del 1% de los residuos textiles del mundo se reciclan en nuevas prendas. 

Según declaraciones de la Comisión Europea, menos de una cuarta parte de los 5,2M de toneladas de residuos de prendas de Europa se recicla mientras que millones de toneladas acaban en los vertederos cada año.

Por ello, conforme a su nueva legislación, Europa no solo obliga a los Estados miembros a separar los textiles del resto de residuos a partir de enero de 2025 sino que las prendas deberán ser duraderas y reciclables, y en gran medida fabricadas con fibras recicladas de aquí a 2030.

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Convirtiendo en valor

Algodón 

Su cultivo consume grandes cantidades de agua y de insecticidas. 

En particular, el vaquero es una de las prendas más contaminantes del sector textil. Se calcula que se utilizan alrededor de 7.000 litros de agua y productos químicos en su producción.

Afortunadamente, el algodón reciclado reduce masivamente la cantidad de agua, energía y tinte utilizados. Mientras que el vaquero es uno de los tejidos más avanzado en el campo de la recuperación de fibras:

  • El programa Blue Jeans Go Green™ recoge tela vaquera de algodón para reciclar y devolverla a su estado original de fibra transformándola en algo nuevo.
  • MUD Jeans es una B Corps que pone en práctica los principios de la economía circular, permitiendo alquilar los vaqueros por una pequeña cuota mensual y, al cabo de un año, devolverlos, cambiarlos por unos nuevos o conservarlos. Y al final de su vida útil los reciclan para convertirlos en unos nuevos.

Celulosa 

La tecnología de reciclaje de Renewcell disuelve fibras de celulosa como el algodón de prendas desechadas y las transforma en pulpa Circulose®, evitando que los textiles se conviertan en residuos y reduciendo la demanda de materias primas vírgenes. Marcas como Levis, GANNI, Filippa K, PVH, H&M e Inditex han utilizado esta tecnología.

Las fibras TENCEL™ Lyocell se producen con la innovadora tecnología REFIBRA™ que permite reciclar restos de algodón además de pulpa de madera (procedente en su totalidad de fuentes certificadas y controladas) durante el proceso de producción en circuito cerrado, lo que significa que el agua y los disolventes se reutilizan cada vez. 

Asimismo, Infinna™ es una fibra textil creada a partir de residuos textiles ricos en algodón que ya no son aptos para su uso. Esta tecnología ha sido utilizada por firmas como Patagonia, Ganni, Adidas, PVH, Inditex y H&M Group.

Lana 

La lana es otra de las fibras naturales más apreciada por su alta calidad y durabilidad. 

Sin embargo, de acuerdo a Good on You, este tejido tiene un impacto muy elevado en el medio ambiente: la producción de un jersey de punto de lana emite 27 veces más gases de efecto invernadero que uno de algodón. 

Asimismo, las tierras de cultivo utilizadas para alimentar a los animales representan casi el 80% de la superficie agrícola total. Mientras que la cría intensiva de ovejas también provoca la degradación del suelo e incluso la desertización.

Favorablemente, la lana reciclada no solo conserva sus propiedades térmicas sino que reduce el impacto medioambiental ligado a su producción al eliminar las emisiones de carbono vinculadas a la cría de animales.

La producción de nuevos materiales alternativos e innovadores muestra cómo los textiles circulares pueden contribuir en un futuro más sostenible.

En busca de la circularidad

Los tejidos sintéticos provenientes de combustibles fósiles como el poliéster, nylon, acrílico, elastano, generan un gran impacto perjudicial sobre el medio ambiente a lo largo de su vida útil.

La Global Fashion Agenda indica que el 35% de la contaminación en los océanos proviene de las fibras sintéticas: con cada lavado, estas fibras liberan cientos de miles de microfibras plásticas al medio ambiente.

Por otro lado, la fabricación de este tipo de fibras libera metano y dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global, y al ser un tipo de plástico no es biodegradable, tardando muchos años en descomponerse. 

Poliéster 

Esta fibra es la más utilizada en la industria de la moda y representa la mitad del mercado total de fibras. 

Actualmente, una alternativa a este material es el poliéster reciclado el cual se estima que el 99% procede principalmente de botellas de plástico PET recicladas, las cuales al ser recogidas y clasificadas, se lavan y funden, convirtiéndolas en fibras.

Lanzado en 2007, REPREVE® es el líder mundial en fibras recicladas de alto rendimiento que ha transformado miles de millones de botellas de plástico recicladas en poliéster sostenible. 

Nylon 

Es una fibra sintética que se encuentra con frecuencia en las prendas. 

Para crear el nylon reciclado REPREVE® utiliza restos de nylon que ahorra energía y recursos. Además, cumple los rigurosos criterios del ESTÁNDAR 100 de OEKO-TEX®, que garantiza que un artículo textil ha sido sometido a pruebas para detectar sustancias químicas nocivas y que ha sido fabricado de forma sostenible en condiciones laborales respetuosas con el medio ambiente y los trabajadores.

ECONYL® fue creado por la compañía italiana Aquafil especializada en la producción de nylon reciclado y que se fabrica íntegramente a partir de restos de este material que se encuentran en océanos y vertederos. Por cada 10.000 toneladas de ECONYL® se ahorran 70.000 barriles de petróleo y se evitan 65.100 toneladas de emisiones de CO2, lo que reduce el impacto del nylon en el calentamiento global hasta en un 90% en comparación con el material procedente del petróleo.

Image by Terri Bleeker

El futuro es circular

El reciclaje a gran escala de textiles mezclados es un paso en la dirección correcta hacia una industria de la moda circular. 

Pero la falta de infraestructura para reciclar las fibras en textiles con combinación de naturales y sintéticas supone un desafío por la complicación que conlleva separar ambos tipos de fibras.

Según estimó la consultora McKinsey en su informe, se necesitarán entre 6.000 y 7.000 millones de euros de inversión de aquí a 2030 para crear la escala de procesamiento y reciclado de residuos textiles a la que aspira la Unión Europea. 

Es decir que si se le diera prioridad al reciclaje de fibra a fibra a escala podría cumplirse a tiempo con los objetivos de desarrollo sostenible.