Maquillaje y mottainai en Japón
La afición al maquillaje y los elevados estándares de belleza son una marca registrada del país. Los datos hablan por sí mismos. Japón cuenta con marcas de belleza cuyas exportaciones alcanzaron los 2.400 millones de dólares en 2016. Las clientas japonesas son las que más gastan per cápita en cosméticos y productos para el cuidado de la piel, y precisamente este sector podría ser la nueva frontera del second hand.
Aunque las japonesas son conocidas por su interés en la apariencia, parece que el principio de Marie Kondo de «deshacerse de las posesiones es una virtud» insipiró a los compradores.
Un artículo publicado por Business Of Fashion ha seguido la reciente tendencia japonesa de comprar productos cosméticos de lujo usados.
El mercado japonés de la belleza de segunda mano puede entenderse observando el sector de la reventa de artículos de segunda mano, que está en pleno auge en el país. Al fin y al cabo, uno de los principios de la cultura japonesa es evitar el desperdicio. Este concepto se llama mottainai, un término que suele traducirse como “que desperdicio”.
En el panorama de la venta digital de segunda mano, que tiene un valor de 4.590 millones de dólares, incluso el maquillaje usado está encontrando su lugar.
Cada vez más en las redes sociales, los fanáticos de la belleza comparten fotos de armarios desbordados de productos utilizando el hashtag #shelfie, que tiene 1,8 millones de publicaciones, para mostrar cuántos han acumulado. Esta nueva tendencia es una forma innovadora y sostenible de dar nueva vida al maquillaje.
Mercari
El mercado japonés de reventa de productos de lujo ha experimentado un rápido aumento en la compra de maquillaje usado, como los de Chanel, YSL Beauty y Shu Uemura, en la popular aplicación de ventas Mercari. La pregunta es: ¿comprarías alguna vez maquillaje de segunda mano?
El mercado de segunda mano Mercari, valorado en 1.200 millones de dólares en 2018, se convirtió en una importante plataforma de reventa de belleza.
“Pensé que era extraño que la gente quisiera comprar productos de maquillaje usados, pero recientemente en Japón esta tendencia se está haciendo popular y siento que el enfoque en la higiene está cambiando”; afirma Miura, vendedora de maquillaje usado.
Según Business Of Fashion, la aplicación Mercari es ideal para comprar productos cosméticos de lujo a precios reducidos.
“Si quieres probar un nuevo tono de Chanel, puedes hacerlo a través de Mercari a un precio bajo y luego decidir si comprarlo después” – afirma Yo Douglas, una investigadora de Gartner. Los compradores deben confiar en que los productos no están cerca de su fecha de caducidad y que las condiciones de higiene son buenas.
Pero, ¿cuáles son las razones que llevan a las nuevas generaciones a comprar maquillaje de segunda mano?
El factor económico influye. De hecho, la mayoría de los compradores son Millennials y, a pesar de no tener un salario alto, buscan productos de prestigio, a menudo impulsados por las redes sociales.
Otra razón, de nuevo relacionada con el factor generacional, es la atención al medio ambiente. Las nuevas generaciones están cada vez más atentas a la ética de las marcas y al exceso de consumo de productos que sufre el planeta. Pues el second hand es una forma válida de reutilización. ¿Este concepto también es válido para el maquillaje?
Una investigación llevada a cabo por Vogue Business demostró que muchas personas están dispuestas a comprar productos de segunda mano; siempre y cuando estén sellados o no se hayan utilizado nunca. Además, la investigación confirmó que el cuidado del medio ambiente y el menor coste son los factores más importantes en este tipo de compras.
“Cuando compro cosméticos usados, siempre compruebo cuidadosamente cuántas veces han sido utilizados y su fecha de caducidad”; dice Marika Sakamoto, una mujer de 28 años de Tokio que utiliza regularmente la aplicación Mercari. Y añade: “Mercari facilita mucho la compra de este tipo de productos, porque en Japón no se pueden comprar en las tiendas y a la gente le da igual que sean nuevos o usados”.
Riesgos del trabajo
Sin embargo, los consumidores deben pensárselo bien antes de aventurarse en el mercado del maquillaje de segunda mano. El doctor Joshua Zeichner, director del equipo de investigación cosmética y clínica del Hospital Mount Sinai de Nueva York, explicó a Teen Vogue por qué no recomienda usar maquillaje de segunda mano.
«A diferencia de la ropa de segunda mano, el maquillaje usado es una mala idea. Cuando compras maquillaje nuevo en la tienda, sabes que no está contaminado, ya que está recién salido de fábrica. Cuando compras un producto que fue utilizado anteriormente, no tienes ni idea de con qué puede haber estado en contacto antes de llegar a ti».
Los consumidores deben tener cuidado con los productos líquidos de segunda mano, ya que son especialmente propensos a la contaminación por microorganismos. «Nunca compren un producto que toque directamente su piel», dice el doctor Zeichner.
«Aunque se tire el aplicador, si se ha sumergido previamente en el producto, todo el maquillaje podría estar contaminado. No se puede saber si alguien que lo ha utilizado previamente tenía infecciones cutáneas como impétigo o herpes labial», explica el doctor Zeichner.
Make up: la nueva frontera del second hand
Parece que la cosmética será la nueva frontera del second hand. De hecho, tanto los consumidores como los productores están normalizando este tipo de compra. En este sentido, se están creando algunos servicios de higienización de productos para ofrecer mayores garantías a los compradores.
Esta nueva tendencia es una prueba más de que las marcas tendrán que replantearse su estrategia de mercado, centrándose en los Millennials y en la Generación Z.
Shiseido ya se encaminó en esta dirección al lanzar en 2017 la línea “Recipist”; con precios más bajos pensando en las necesidades de los más jóvenes. Este ejemplo es una prueba contundente de que la popularidad del maquillaje de segunda mano ya está teniendo sus efectos, incluso en marcas famosas y muy valoradas.