La mutilación genital femenina es la práctica de extirpar una o más partes del órgano genital externo femenino por razones culturales, religiosas y de creencias populares y no por indicación médica. Se practica a niñas que tienen, por término medio, entre trece y quince años, pero en algunos casos desde los cinco hasta recién nacidas. La MGF, burda para que se entienda mejor, se practica a menudo con instrumentos espartanos y rudimentarios y en condiciones higiénicas insuficientes. Y se considera una violación de los derechos humanos.
Las razones de la mutilación.
El origen de esta costumbre se ha perdido en el tiempo; de hecho, se dice que incluso antes del nacimiento de las grandes religiones ya se practicaba la MGF. La difusión comenzó básicamente en el continente africano y luego se extendió a otras partes del mundo como resultado de las migraciones.
Por lo tanto, es difícil relacionar el hecho con una razón precisa. Una primera razón viene dada por una cuestión relacionada con el crecimiento de la mujer en la sociedad: se cree que constituye el paso de la edad pueril a la edad adulta. Prepara a la persona para el duelo, para la posibilidad de poder casarse y, en consecuencia, para poder exigir una dote mayor a la familia de origen. Además, intervienen razones estéticas o supuestamente higiénicas: el órgano externo femenino, tras la mutilación, se volvería menos feo y menos sucio y, en consecuencia, más apto para ser deseado y tendría mejor funcionalidad durante la gestación y el parto. Y, de nuevo, se cree que, de este modo, se garantiza una mayor seguridad a la mujer, que tendrá menos probabilidades de ser violada. Por último, la práctica de la MGF garantizará al marido una mayor fidelidad por parte de su esposa. La tarea de realizar este tipo de operación suele encomendarse a mujeres especializadas y, además, bien pagadas.
Tipos de mutilación genital femenina.
La mutilación genital femenina se practica de distintas formas según la situación. Citando directamente a la Organización Mundial de la Salud, existen cuatro tipos de MGF con unas seis subcategorías anexas:
- Tipo I (Sunna): consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y/o su prepucio;
- Tipo I a: consiste en la extirpación del prepucio/capuchón del clítoris (circuncisión);
- Tipo I b: consiste en la extirpación del clítoris junto con el prepucio (clitoridectomía);
- Tipo II: consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y los labios meno
- Tipo II a: consiste en la extirpación de los labios menores solamente;
- Tipo II b: consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y de los labios menores;
- Tipo II c: consiste en la extirpación parcial o total del clítoris, labios menores y labios mayores;
- Tipo III (circuncisión faraónica): consiste en el estrechamiento del orificio vaginal con la creación de un cierre mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin la extirpación del clítoris. En muchos casos se cosen los colgajos de piel de los labios (infibulación). Este procedimiento suele requerir una práctica adicional de reapertura de la sutura cosida, con el objetivo de facilitar las relaciones sexuales y/o el parto. A menudo, las mujeres son infibuladas y desinfibuladas varias veces a lo largo de su vida, experimentando un sufrimiento inimaginable;
- Tipo III a: consiste en la extirpación y aposición de los labios menores con o sin escisión del clítoris;
- Tipo III b: consiste en la extirpación y aposición de los labios mayores con o sin escisión del clítoris;
- Tipo IV: son todas las demás prácticas consideradas lesivas para los genitales femeninos y realizadas por razones no terapéuticas. Incluyen la punción, la perforación, la incisión, el raspado o la cauterización del clítoris, el corte de la vagina (gishiri) o la introducción de sustancias corrosivas en la vagina para encogerla o secarla.
Consecuencias de la mutilación genital femenina.
Obviamente, las consecuencias para todas las niñas o mujeres que se someten a esta práctica son aterradoras. En primer lugar, estas operaciones se realizan en condiciones higiénicas muy deficientes, por lo que es muy probable que se produzcan infecciones. El dolor que se experimenta es insoportable y la pérdida de sangre es otro factor de peligro. A ello se añaden consecuencias que las víctimas arrastrarán el resto de su vida: problemas psicológicos, dificultad para orinar, problemas de infertilidad, complicaciones durante la gestación y el parto, y una mayor propensión a la muerte del bebé. Y lógicamente una pérdida parcial o total del placer sexual.
Cómo luchar contra la MGF
La principal herramienta para combatir la mutilación genital femenina es la cultura. En primer lugar, la conciencia que toda mujer debe tener sobre sus derechos y, en segundo lugar, la responsabilidad que los Estados y las sociedades tienen para con sus miembros. La escolarización femenina, que precisamente después de la MGF se interrumpe, debe continuar de tal manera que dé la posibilidad de una elección consciente respecto a todas las costumbres e imposiciones que el tejido social impone a las propias mujeres. Al mismo tiempo, afortunadamente estamos avanzando hacia la ilegalización de la mutilación. De hecho, varios países han prohibido esta práctica. La dificultad reside en llegar a todas esas microcomunidades en las que todavía se considera esencial mantener esta costumbre para preservar la identidad de la propia comunidad. A nivel internacional, gracias a la CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer), se han dado pasos muy importantes. Citando el artículo 1 de la convención se lee:
Toda distinción, exclusión o limitación basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil y en condiciones de igualdad entre el hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
Es muy importante recordar que el 6 de febrero de cada año se ha instaurado el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina y que la Organización Mundial de la Salud ha incluido la eliminación de la MGF entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible a alcanzar para 2030.