Experimente la sensación de caminar descalzo, pero protegido por unos zapatos.
Parece una tontería, pero eso es lo que las marcas de «barefoot shoes» («calzado descalzo») afirman que quieren que experimenten sus clientes.
De hecho, estos zapatos minimalistas están diseñados para imitar al máximo la sensación de caminar descalzo.
Muchas de las marcas que las fabrican afirman inspirarse en la naturaleza y que sus zapatos nos acercan a ella. Afirman que caminar sin zapatos es regenerador para el ser humano y puede mejorar la salud, no sólo de los pies, sino de todo el cuerpo.
¿Qué distingue a los zapatos descalzos?
Estos zapatos tienen características especiales que los distinguen del calzado tradicional.
En primer lugar, su suela es más fina y flexible (para poder sentir el suelo) y tienen mucho más espacio para los dedos, lo que les permite moverse.
Los distintos diseños de zapatillas barefoot están pensados para diferentes actividades, como correr, hacer senderismo o el día a día. Las suelas, en particular, están diseñadas para la actividad específica, variando en materiales y características. Para una zapatilla de senderismo se puede encontrar una suela antideslizante, por ejemplo, mientras que para correr se pueden encontrar materiales que permiten que el pie respire.
Por lo general, ofrecen poco o ningún soporte para el arco del pie y una protección mínima frente a las superficies externas. Por ello, en comparación con las suelas convencionales, se perciben mejor los objetos afilados y las superficies irregulares.
También se distinguen por ser «zero drop», es decir, con una inclinación nula entre el talón y la punta del pie. Esta es la característica que más influye en una postura correcta. Con un cuerpo correctamente alineado, el peso se distribuye uniformemente y las articulaciones reciben una carga homogénea.
Gracias a que tienen menos capas y componentes, también se distinguen por su diseño minimalista.
Esto, combinado con las suelas finas y la falta de soporte para el arco del pie, las hace mucho más ligeras. Esto se debe a los materiales innovadores y alternativos utilizados para reducir el peso. También se utilizan tecnologías innovadoras e impresiones en 3D para lograr el mismo objetivo: hacerlas más ligeras y flexibles.
El inicio de la tendencia y su crecimiento
En 2009 se publicó el libro de Christopher McDougall «Born to Run», que impulsó aún más la popularización del calzado descalzo.
En su libro, McDougall habla de una tribu indígena mexicana conocida por correr largas distancias con sandalias minimalistas.
Cada vez son más las empresas que empiezan a crear zapatillas con un diseño cada vez más minimalista y también surgen nuevas marcas especializadas. También comienzan a difundirse diferentes modelos y opciones con distintos grados de protección y grosores de suela.
A partir de 2010, comienza una difusión global y, con el tiempo, se convierte en un segmento más importante del mercado de zapatillas deportivas.
A pesar del aumento de popularidad, las zapatillas barefoot siguen siendo un fenómeno de nicho. Existen marcas especializadas como Vivobarefoot y marcas con líneas barefoot (por ejemplo, New Balance), pero la cuota de mercado, aunque creciente, ronda el 1%.
Controversias y debates
Desde el principio de su popularidad, estas zapatillas empezaron a suscitar diversas críticas y controversias.
Varios expertos critican la tecnología barefoot afirmando que la afirmación de que podrían aumentar la musculatura y mejorar la carrera es falsa. En concreto, explican, existe una alta probabilidad de lesionarse al utilizarlas para actividades deportivas.
Varios podólogos insisten en la importancia de una transición gradual del calzado tradicional al descalzo, para acostumbrar al pie.
En 2012, la empresa Vibram Five Fingers también fue demandada por publicidad engañosa por algunos clientes. El caso terminó en 2014 con un acuerdo de 3,75 millones de dólares sin admisión de culpabilidad.
Otros podólogos, con el tiempo, han empezado a defender el uso de esta tecnología, afirmando que, a la larga, puede tener ventajas. En general, sin embargo, todos los expertos y deportistas coinciden en que aún queda mucho por investigar para establecer sus efectos beneficiosos.
¿Calzado natural y… sostenible?
Aunque la mayoría de las marcas utilizan la palabra «naturaleza» para referirse a estos modelos, en realidad muy a menudo su credibilidad sostenible deja bastante que desear.
La cuestión crítica, como suele ocurrir con el calzado, es el uso de materiales que contienen derivados del petróleo.
Hay muchos avances en la industria de la moda en una dirección más sostenible, pero a menudo, en las zapatillas de alta tecnología, la elección recae en materiales difíciles de reciclar.
Esto no quiere decir que no haya habido avances en este campo.
Algunas empresas, como Vivobarefoot, afirman tener la sostenibilidad como objetivo último, querer ser un negocio regenerativo.
Como actualmente no existe un verdadero indicador global de sostenibilidad para productos de moda y zapatillas, han creado uno internamente, V Matrix.
Con él, se comprueba la durabilidad, la sostenibilidad de los materiales, la facilidad de reparación y el futuro reciclaje de cada uno de sus productos.
Otras empresas que se mueven en una dirección más sostenible son Earth Runners (que fabrica sandalias de goma) y Xero Shoes.
En Xero Shoes, la inversión es más a largo plazo, ofreciendo garantías para incentivar el uso a largo plazo de cada producto.
Evolución y futuro
Su evolución refleja la creciente concienciación sobre la importancia de la salud de los pies y el deseo de alternativas al calzado tradicional. Sin embargo, como ocurre con muchas innovaciones en materia de salud y forma física, es esencial adoptar un enfoque equilibrado y personalizado.
Es probable que el futuro del calzado descalzo se caracterice por un equilibrio permanente entre minimalismo y protección, entre la vuelta a la naturaleza y los avances tecnológicos. El reto para los fabricantes consistirá en satisfacer las exigencias de rendimiento y comodidad, manteniendo al mismo tiempo un compromiso con la sostenibilidad medioambiental.
Mientras la investigación sigue explorando sus efectos a largo plazo, el calzado descalzo sigue siendo un ejemplo interesante de cómo la industria del calzado puede replantearse conceptos fundamentales como la comodidad, la salud y la conexión con el medio ambiente.
