Upcycling

Transformando la basura en tesoros de la economía circular

Author
M. Bishop
English Translation
Chiara Conti
Italian Translation
Chiara Conti

¿Sabes qué es el upcycling? ¿Conoces cuándo nació y cómo ponerlo en práctica? ¡Pasa y aprende en qué consiste este único e innovador concepto de suprarreciclage y sostenibilidad!

El upcyclin, un ejemplo de renacimiento y de segundas oportunidades

¿Sabías que los plásticos de un solo uso constituyen el 50% de todos los plásticos que se producen cada año? Según advertencias difundidas por grandes entidades como la mejicana Universidad Autónoma de Guadalajara, entre cuyos cálculos se estima que en torno a 8 millones de toneladas de plástico acaban cada año en el océano; lo que significa, a su vez, que habrá más plásticos que peces en el mar para 2050.

Ante esta terrible y desalentadora perspectiva, no son pocas las voces que se han alzado para subrayar la importancia de encontrar alternativas eficaces y eficientes que ayuden a reducir la contaminación. Una toxicidad peligrosa que campa actualmente por nuestros suelos, mares y atmósfera.

Y es en este contexto de resolución y salvación, que nace la sostenibilidad y el suprarreciclaje. Ofreciéndose como una posible solución para resolver el grave problema medioambiental que es la sobreproducción y la sobreexplotación de los recursos.

¿Qué es el Upcycling?

Rescatar, reparar, regenerar y reutilizar. Tal es la esencia del upcycling en realidad; un término del mercado auténtico y transformista, donde el desperdicio y el derroche no tienen lugar. Donde el reciclar, o más bien el suprarreciclar, es el santo y seña de su identidad.

Conocido también como upcyclen. Traducido al castellano como suprarreciclaje. Se trata de un concepto relativamente nuevo, que engloba en su definición. Tomar un objeto antiguo y usado y someterlo a varios procesos de cambio y diseño y regeneración. ¿El objetivo? Modificar su aspecto inicial hasta obtener una segunda vida útil y práctica, luciendo nuevo y diferente. Todo ello sin tener que pasar por alguna modificación industrial.

Una mezcla y combinación donde los materiales viejos y desgastados se suman y funden con otros componentes ya usados, hasta tener como resultado final un producto totalmente nuevo, con otro diseño e incluso con más valor que el que tenía en su forma original. ¿Interesante, verdad?

Otro uso y otra vida

Puede decirse, por tanto, que el upcyclin consiste en coger esos materiales o elementos ya usados, sumergirlos en la forja de la creatividad, moldearlos otra vez con originalidad, hasta al final readaptarlos y reutilizarlos y darles otra vida nueva e igualmente útil. Es, en esencia, rescatar y utilizar esos artículos u objetos que por norma general suelen acabar en la basura. Pero en vez de decirles adiós, aquí es darles otro uso y otra vida. Y con ello, contribuir a no aumentar la montaña de residuos de por vida que ya aplastan al planeta.

La idea base que subyace detrás de todo objeto regenerado como upcyclin es conseguir que el producto rescatado y rediseñado esté en circulación durante el mayor tiempo posible. Un concepto que busca ponerle fin a la actitud consumista de la sociedad, básicamente, siendo la ropa un claro ejemplo de esa consumición excesiva. ¿Y por qué? Ya que muchas de ellas se diseñan para usarse durante un breve periodo de tiempo. Esto a su vez provoca que buena parte de dicho textil acabe luego olvidado y desperdiciado en vertederos.

La historia del upcycling: desde Reiner Pilz hasta Crhistopher Brosse

Fue en 1994 cuando surgió por primera vez esta terminología. Y todo a manos de Reiner Pilz, quien en octubre de ese mismo año difundió en la revista inglesa Salvo, un artículo sobre arquitectura especializada y de cómo esta profesión de construcción contribuía, paradógicamente, a deconstruir el ecosistema. Para este ingeniero de origen alemán, el reciclaje no era más que infrarreciclaje.

«Destruyen ladrillos, destruyen todo», acusó, en un artículo que hablaba de la arquitectura para alcanzar un futuro más verde. «Lo que necesitamos es ‘upcycling’, donde a los viejos productos se les dé más valor, no menos». A su modo de ver, su recién acuñado upcycling respondía, por tanto, a la necesidad de revalorizar los residuos, ante todo. Esbozando y modulando con ellos y posteriormente productos finales de mayor calidad.

Reiner Pilz publicado en la revista Salvo en 1994

Complejo y multifactorial

Puede decirse que el upcycling está en desarrollo y construcción. Porque si Reiner Pilz fue quien plantó la primera semilla, el emprendedor belga Gunter Pauli fue quien regó la terminología y ahondó en sus raíces a través de su libro ‘Upcycling’, publicado en 1999, escribiendo más adelante ‘La Economía Azul’.

Un árbol de nuevos conceptos cuyos frutos recogerían más tarde tanto William McDonough como Michael Braungart, dejando constancia de ello en su volumen del 2002 ‘Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things`, obra que en Castellano se conoce como ‘De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas’.

Con todo, basta echar un vistazo a su historia para comprobar que en los últimos años ha ido aunando en su identificación unas características y cualidades que lo engloban dentro de la llamada economía circular, donde los valores de los materiales brillan por sus ventajas económicas, sí, pero también ecológicas. De hecho, tanto ha sido su crecimiento e interés cosechado en este último periodo, que desde el 2009 ha ido dejando una huella de investigaciones de diferentes áreas. Tal y como revela este estudio de Kyungeun Sung, doctora y miembro de la Escuela de Diseño de la Universidad de Montfort. Localizada en Leicester, en Reino Unido.

Hablamos de ensayos vestidos de artículos académicos, cuyas temáticas van desde el arte y el diseño, hasta la arquitectura y los negocios, pasando por la moda y el mundo textil y, cómo no, por la ingeniería y los estudios ambientales.

Portada del libro de Gunter Pauli ‘Upcycling’

La basura no existe

La guinda de crecimiento y expansión de este pastel cremado en sostenibilidad la ha puesto el experto costarricense Crhistopher Brosse, autor de ‘La basura no existe. Hacia el suprarreciclaje y la economía circular’. Con un lenguaje simple, directo y accesible, este libro orienta a sus lectores hacia métodos innovadores que responden tanto al diseño regenerativo como a la economía circular.

Las líneas de Brosse sostienen, de hecho, que vivir sin hacer basura es posible, igual que diseñar servicios e incluso productos. Y no solo lo afirman, también aconsejan cómo y hasta lo verifican con pruebas, creando así una herramienta de ayuda y aprendizaje. Después de todo, para este experto, la basura no es más que un concepto, sin más. Un concepto que muta y se transforma; razón básica por la que, a sus ojos, ni siquiera existe, directamente.

¿El requisito principal para disfrutar de todo este compendio de investigación y ensayo y sacarle partido a estas enseñanzas de reaprendizaje y renovación reciclaje? Tener Una mente creativa, reunir curiosidad por el “sello Upcycling” y, por supuesto, presentar interés por la sostenibilidad.

¿Cuál es el objetivo?

¿El objetivo final que, en el fondo, persiguen todos estos autores ensayistas de renombre, amantes de esta práctica regeneradora? Ayudar a la gente a reaprender a utilizar. Incitarles a comprender, en esencia, cómo el upcycling reúne tablas y posibilidades para convertirse en el método de producción de todas las cosas. De cara al futuro, se entiende, sobre todo por su vínculo con la denominada economía Circular. ¿Y por qué, exactamente?

Por el trasfondo integral que, en conclusión, define a la citada Economía Circular. Y es que si algo tienen en común todos estos expertos, es su apoyo y creencia porque la sostenibilidad empieza en el reciclaje, ante todo. Y continúa en un suprarreciclaje que implica al propio entorno vital. Lo que exige, en suma, relacionarse mejor con los materiales que a uno le rodea, para así poder brindar al final una propuesta de negocio tan innovadora como integralmente circular.

El upcycling: un rescate de elementos y objetos que da un paso más allá del reciclaje tradicional

Y es que decir que el suprarreciclaje tiene que ver con el reciclaje más clásico y habitual es tan acertado como inexacto. El concepto sí está alineado y hermanado con el del reciclaje, cierto, sobre todo si se tiene en cuenta que reciclar consiste en reducir el consumo de los recursos, disminuir la degradación del planeta, y en darle también una nueva vida a los residuos.

No obstante, donde el reciclaje clásico se centra en los envases y en los residuos plásticos, generalmente, así como en el papel, el vidrio y el cartón, por supuesto, y los somete a procedimientos industriales para su reutilización, aunque menos), el upcycling se presenta como una solución mucho más sana y sostenible.

Y es que donde el reciclaje industrial opta por derretir, descomponer, alterar y reajustar un material, hasta al final conseguir otro producto diferente, el upcycling se centra en fabricar un objeto de mayor valor; recurriendo para ello a un artículo ya usado o, sencillamente, a partes de él, únicamente.

¿El parecido, entonces, entre upcycling y reciclaje? Que los dos abogan por un modelo circular de uso, reciclado y reutilización. ¿La diferencia? Que el sistema del primero consume agua, energía y químicos, emitiendo en el camino emisiones tóxicas, en un procedimiento que no deja indemne al ecosistema, dicho sea de paso, ya que también lo emponzoña. En cambio el segundo no necesita someterse a ningún proceso de fabricación industrial, razón por el que es mejor, al menos a nivel de sostenibilidad, y por el que se lo considera un suprarreciclaje, a la vista de que su sistema de procedimiento no contamina más al medio ambiente.

El upcycling a domicilio, una práctica de lo más gratificante

Aunque el suprarreciclaje es una práctica al alcance de gobiernos y organizaciones, colectivos e instituciones, pudiendo realizarse a escala urbana e incluso rural, dándoles (o no) fines comerciales, es justo señalar que también puede aplicarse a nivel individual.

Y es que practicar el upcycling por cuenta propia también es posible. Tan factible como contar con imaginación y materiales. Es coger una ropa que ya no se usa, en primer lugar, desmontar y separar sus tejidos y reutilizarlos en otra prenda, a continuación, y añadirlos después como diseño y complemento de calzados, marcadores, estuches… ¡Según la creatividad de cada uno!

Es más, ¿sabías que el upcycling, de hecho, también está presente en la renovación del inmoviliario de casa? ¡Muy cierto! Ahora bien… ¿De qué manera? Se trata de coger esos muebles rotos, desperdiciados y definitivamente viejos, y barnizarlos con una capa de creatividad y originalidad. Y todo por el módico precio del mero esfuerzo físico, la voluntad y la energía, ya que este tipo de reparaciones y regeneraciones y transformaciones no suele requerir un gasto extra de dinero.

¿Que tenemos un armario roto? ¡Mejor no tirarlo! En vez de eso, es preferible rescatar sus baldas, por ejemplo, atornillarlas a otra antigua puerta de entrada o incluso a una bañera, mismamente, y diseñar el conjunto como piezas de decoración o como reposapiés o banco de ducha, sin ir más lejos.

Imagen de JulieN2212 – Rosas hechas con libros de biblioteca reciclados

Después de todo, el upcycling es todo un desafío, retador y practicable. Una gran y verdadera oportunidad para cambiar el modo de consumir y producir; una apuesta centrada en la primisa de disminuir el impacto contra el medioambiente, bastante dañado ya de por sí.

Entonces… ¿Te lo vas a perder? Al revés, ¡súmate!