La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos definió: “La lluvia ácida es
lluvia que se ha vuelto ácida debido a ciertos contaminantes que se hallan en el aire. La lluvia ácida es un tipo de deposición ácida que puede aparecer en muchas formas. La deposición húmeda se refiere a la lluvia, la nieve, el aguanieve o la niebla, cuya acidez es mucho mayor que la normal”. Este fenómeno fue escubierto por Robert Angus Smith, quien investigaba la química del aire de las industrias británicas en 1850.
Se produce por diferentes contaminantes liberados en el aire. En primer lugar encontramos las acciones humanas: la quema de combustibles en la industria, las centrales energéticas, las emisiones de óxidos de nitrógeno a causa de los gases producidos por los vehículos a motor y las explotaciones ganaderas intensivas que producen amoníaco a partir de la descomposición de materia orgánica. Estos tres contaminantes pueden viajar a largas distancias desde sus fuentes originales y se oxidan en la atmósfera, generando ácido nítrico y ácido sulfúrico.
La “acidificación del medio ambiente” se manifesta cuando la lluvia, al combinarse
con los ácidos mencionados, cambia su pH y al caer sobre el suelo y en las
aguas, altera las características químicas de estos elementos y pone en peligro al
ecosistema.
Las consecuencias pueden ser devastadoras. Los peces empiezan a morirse, las aguas que penetran en el subsuelo son contaminadas y por eso afectan a la agrucultura y al mismo tiempo no son adecuadas para el consumo humano.
También los océanos se ven afectados puesto que pierden biodiversidad y productividad, baja el pH y perjudica al fitoplancton, fuente de alimento de distintos organismos y animales, que lleva a la extinción de diferentes especies marinas.
Los bosques se ven dañados por las lluvias ácidas. La concentración de
metales en el suelo y el bajo pH que este tiene, impiden que la vegetación absorba el
agua y los nutrientes de manera adecuada, lo que daña las raíces, reduce el crecimiento y hace que las plantas sean más débiles y más susceptibles a enfermedades y plagas.
Impacto de la lluvia ácida en el Suelo, Agua y Aire
- Suelo. Las lluvias ácidas pueden modificar el pH del suelo, volviéndolo más ácido. Esto afecta la disponibilidad de nutrientes para las plantas, así como la estructura del suelo, reduciendo su capacidad para retener agua y nutrientes esenciales. Las lluvias ácidas pueden tener un impacto devastador en la flora y fauna. Las plantas son sensibles a los cambios en el pH del suelo y pueden experimentar daños en sus hojas, tallos y raíces, lo que reduce su capacidad para crecer y reproducirse.
- Aguas. Los cuerpos de agua como ríos, lagos y arroyos pueden volverse demasiado ácidos para soportar la vida acuática. Esto amenaza la supervivencia de peces, anfibios, invertebrados y plantas acuáticas, lo que perturba los ecosistemas acuáticos en su totalidad.Por otro lado, los organismos acuáticos sufren directamente los efectos de la acidificación del agua, lo que puede provocar la disminución de poblaciones y la extinción local de especies.
- Aire. Además de afectar directamente al suelo y al agua, las lluvias ácidas también contribuyen a la contaminación del aire, lo que puede tener efectos perjudiciales para la salud humana y animal. Estos compuestos pueden irritar las vías respiratorias y agravar condiciones médicas preexistentes como el asma.
Desafíos por cumplir
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos recomendó diferentes
maneras de prevenir las lluvias acidas. Se requiere una acción coordinada a nivel local, nacional e internacional. Podemos generar energía eléctrica sin usar combustibles fósiles, es decir remplazarla por energía solar o eólica ya que producen mucha menos contaminación. El ahorro en nuestra vida diaria se puede realizar apagando las luces, aparatos eléctricos, computadoras que no se utilicen.
Otra forma de disminuir dichas lluvias involucra a los fabricantes de automóviles para que reduzcan el nivel de óxidos de nitrógeno y otros contaminantes que emiten los vehículos nuevos. Se aconseja el uso de otros combustibles como el gas natural. Un punto muy importante es que el agua utilizada por las fábricas debe filtrarse y purificarse antes de ser devuelta a los ríos, de esta forma no cambiaría su pH ni estaría contaminada con ácidos y metales.
Es necesario concientizar acerca de la lluvia ácida dado que es fundamental para
promover la comprensión y la acción frente a este problema ambiental. Al aumentar la conciencia pública sobre los efectos negativos de la lluvia ácida, se pueden generar
cambios de comportamiento y políticas que reduzcan las emisiones de contaminantes y mitiguen sus impactos.
En conclusión, la lluvia ácida es un problema ambiental grave que requiere atención
urgente y medidas de mitigación efectivas para proteger el medio ambiente, la salud
humana, la vida silvestre, los suelos, los cuerpos de agua y las estructuras.
