En las últimas décadas, el comercio internacional de moda de segunda mano en el Norte Global ha incrementado gracias al rápido consumo y desecho de las prendas de moda, siendo su destino final la exportación en el Sur Global. En los últimos años vemos también un retorno desde el Sur Global hacia el Norte Global de las mismas prendas bajo otras formas.
Norte Global vs. Sur Global
Estos términos no son indicadores geográficos sino que describen un conjunto de países según sus características socioeconómicas y políticas.
El término Norte Global comprende los países considerados desarrollados, como Australia, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Europa, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Rusia, Singapur y Taiwán.
Mientras que el Sur Global se refiere a países en desarrollo, y está formado por África, Asia, América Latina y el Caribe, las islas del Pacífico y Oriente Medio.
Hoy en día muchos países del Norte Global obtienen los materiales y producen sus prendas en países del Sur Global, para luego exportarlas a bajo costo nuevamente para su venta en el Norte Global.
Una vez que son desechadas por los consumidores, las prendas donadas de segunda mano acaban en centros de recogida del Norte Global donde son prensadas en grandes fardos y enviadas en contenedores al Sur Global.
Los fardos son importados por empresas de moda de segunda mano que las distribuyen a vendedores, que las revenden en mercados locales a precios más bajos.
Impacto de la segunda mano en África
Según la División de Estadística de la ONU, millones de toneladas de prendas y textiles usados llegan cada año al continente africano, gracias al comercio internacional de moda de segunda mano que se exporta del Norte Global a África.
De acuerdo al informe de Greenpeace “Regalos envenenados”, en 2020 Estados Unidos, China, Reino Unido, Alemania y Corea del Sur exportaron la mayor cantidad de prendas de segunda mano. Mientras que los mayores importadores fueron Ghana, Ucrania, Nigeria, Kenia y Tanzania.
Y si bien el comercio de moda de segunda mano es una fuerza económica importante en los países africanos por los ingresos que genera, enfrenta un grave problema: gran parte de las prendas que no se reutilizan por su mala calidad se envían a vertederos o incineradoras, perjudicando la salud de la población, contaminando el medio ambiente, y contribuyendo así a la crisis climática.
Según la organización sin ánimo de lucro, The Or Foundation, aproximadamente el 40% de los millones de artículos que pasan cada semana por el mercado de Kantamanto, el mayor mercado de ropa de segunda mano de Ghana y África Occidental, salen de él como residuos, acabando en el vertedero.
Asimismo, la moda de segunda mano es una consecuencia negativa para las industrias textiles regionales y nacionales. Por ello es que el Presidente de Uganda, Yoweri Museveni, anunció este año la prohibición de las importaciones de prendas usadas al país, alegando que el comercio está ahogando el desarrollo de la industria textil local.
Devolviendo al remitente
El diseñador Bobby Kolade, tras trabajar para grandes firmas como Maison Margiela, Balenciaga en París y recibir varios premios, lanzó su marca homónima en Berlín.
Para 2018, se trasladó desde la capital Alemana a la capital de Uganda, Kampala, para crear una nueva firma de moda circular llamada Buzigahill, con la misión de ayudar a reconstruir la industria algodonera ugandesa mediante la reapertura de fábricas y empleo de mano de obra local.
Para su primer proyecto, “Return to Sender», recurrió al inmenso mercado de moda de segunda mano. Rediseñaron prendas mediante el proceso de upcycling, para luego venderlas en los mercados de los países del Norte Global que las desecharon, pero con una identidad ugandesa.
Trabajamos con ropa de segunda mano, la reutilizamos y le damos una nueva vida, una nueva identidad.
En su estudio, cada prenda se limpia y se estudia cuidadosamente, para luego someterla a un proceso de producción transformacional en manos de sus sastres.
Cada pieza es única y lleva una etiqueta de pasaporte individual que indica su origen, composición, periodo de producción y número de pasaporte único. Basándose en la herencia original de cada prenda, la enriquecen con una nueva identidad de diseño.
Según el diseñador, Buzigahill y Return to Sender, son una respuesta directa al impacto de las prendas de segunda mano en la industria textil de Uganda, y forman parte de un movimiento nacional del textil y la confección. Aunque su idea no es siempre trabajar con prendas de segunda mano porque cree en el cultivo de fibras naturales y en el apoyo a la producción textil local.
Apostando por la moda sostenible
Además de Kolade, muchos diseñadores africanos comprometidos están convirtiendo los residuos textiles en moda sustentable.
The Revival
Es una organización sin ánimo de lucro de diseño sostenible dirigida por una comunidad que educa, sensibiliza, crea arte y puestos de trabajo con residuos textiles mundiales reciclados que llegan a Ghana.
Esta iniciativa comunitaria está basada en la cultura del upcycling, una forma innovadora y atractiva de gestionar los residuos textiles en África Occidental.
Fundada por su director creativo Yayra Agbofah, opera en el mercado de Kantamanto donde recogen los artículos de segunda mano desechados y los rescatan de los vertederos para la creación de prendas a la moda.
La organización emplea a artesanos locales y colabora con estudiantes de moda de universidades locales, en la creación de nuevos productos etiquetados como «basura».
Sus bolsos reciclados se venden en la tienda del Victoria and Albert Museum de Londres.
Afrofashion
La diseñadora de moda Mehmuna Schumann fundó la firma de moda sostenible Afrofashion.
Al ver la necesidad de ayudar a los sastres y vendedores textiles de Malawi y cómo las prendas de segunda mano inundaban los mercados de países africanos, destruyendo la producción tradicional y las raíces culturales, comenzó su carrera reciclando prendas usadas que mezclaba con algodón de producción local.
La diseñadora ha exhibido sus diseños en muchos desfiles de moda en África y Europa.
Boie & Bill
Los hermanos Ellisha y Calvin Bamfo, a través de su firma Boie & Bill, reutilizan prendas de segunda mano obtenidas de los numerosos mercados de Ghana, como el mercado de Kantamanto, donde reciclan los textiles y los residuos plásticos, convirtiéndolos en prendas de moda sostenible.
«Intentamos que los artículos reciclados sean lo más exclusivos posible».