Cada vez son más los creativos que deciden poner en marcha toda clase de iniciativas para acercar la sostenibilidad a más y más personas, y proyectos como el que propone Paula Rodríguez en Casa Amancay son la muestra de que es posible producir textiles de una forma responsable. Con opciones como esta, el público tiene cada vez más posibilidades para construir un armario sostenible.
Una pasión por el tejido sostenible
Paula Rodríguez comenzó su trayectoria en el año 2001, cuando por motivos económicos decidió empezar a vender los tejidos artesanos que creaba una de sus amigas. “Redescubrí mi pasión por el hilo, la trama, el color, el hacer la prenda, la pasión por el proceso completo”, explica la creadora. Ahí fue cuando empezó a aprender las técnicas de creación de los tejidos; junto al que era su compañero por aquel entonces, pudo explorar distintas técnicas ancestrales, ya que este se esmeraba en construir ruecas y telares con toda clase de accesorios.
Una vez logró desarrollar su destreza en la tarea del tejido, colaboró con diferentes comunidades de varias provincias argentinas; estas le aportaron toda clase de nuevos conocimientos sobre la cultura de la creación de textiles. Una vez instalada en Salsipuedes, se estableció la que, hasta hoy, es la Casa Amancay, en la que Paula Rodríguez sigue desarrollando su actividad. “Organizaba encuentros en los que el objetivo era pasar e intercambiar haceres y saberes; nutrirnos con los intercambios y volver a nuestros territorios para difundir lo aprendido”.
Por supuesto, Casa Amancay también tiene su parte de negocio. Los productos que Paula Rodríguez desarrolla de forma artesanal pueden adquirirse de forma presencial en su espacio de Salsipuedes; también puede ser enviado al cliente, si no le es posible acudir en persona a por ellos. “Tenemos un espacio de exposición y venta, en el que hacemos desfiles, performances y algún número musical”, explica la fundadora de Casa Amancay.
¿Cómo se produce el tejido sostenible?
El entorno y la comunidad que rodea a Casa Amancay es más que suficiente para que Paula Rodríguez pueda conseguir todos los materiales que necesita para sus obras de punto. “Hacemos el hilado con vellón de ovejas de la zona, o compramos la lana hecha a les hilanderes que, al igual que nosotres, hilan sus vellones con rueca a pedal”, añade Rodríguez sobre el proceso de obtención de sus materiales. “Utilizamos hierbas, flores, raíces o cortezas para darle color a nuestras prendas. Cuando usamos la vegetación del lugar para darle color a los hilos, quedan en la elaboración los colores del territorio en el que se desarrolla nuestro hacer”.
La razón por la que esta creadora decidió llevar a cabo su obra de esta manera es mucho más profunda de lo que podría parecer. “Elaborar prendas con la materia prima tomada directamente de la naturaleza, y que la materia prima se obtenga solo con procesos manuales, son derechos de los que nos tenemos que apropiar. Así podemos decir cómo y con qué nos vestimos; nuestra vestimenta habla de nuestra cultura”, cuenta Paula Rodríguez sobre la filosofía detrás del método de creación de sus productos. “El modo de elaboración que venimos desarrollando en Casa Amancay —y que convocamos a todes a sumarse— tiene que ver con un modo de elaboración a escala humana, orgánico y beneficioso para la tierra en la que vivimos”.
El tintado natural, una alternativa sostenible
Existen muy diversos recursos naturales que sirven para teñir fibras o tejidos; todo ello, sin generar un residuo que pueda resultar contaminante para el medio ambiente. Para teñir un textil en casa, se deben respetar estas medidas: tres cucharadas de vinagre y sal por cada litro de agua en el que se vayan a bañar las telas. A esa mezcla, se deben añadir distintos ingredientes, según el resultado que se busque obtener:
- Amarillo: la granada es perfecta para lograr un tinte de color amarillo pálido (a pesar de que la fruta tenga un tono rojizo tan intenso); el apio o las flores de caléndula servirán para conseguir tonos de amarillo más intensos.
- Naranja: la zanahoria o la calabaza son los ingredientes más obvios para teñir una prenda de tonos naranjas. Una opción que podría sorprender más es el eucalipto.
- Rojo: muchas raíces de plantas sirven para lograr un tinte rojizo, como las del diente de león. Para un resultado mucho más vibrante, la remolacha es otra posibilidad.
- Rosa: las frutas serán las mejores aliadas en este caso, ya que las cerezas servirán para lograr un rosa muy intenso, y las fresas y las frambuesas para tonos de rosa más pastel.
- Verde: hojas como las del té matcha o las espinacas serán perfectas para lograr suaves tonos de verde en nuestras prendas.
- Azul: las moras negras te ayudarán en el proceso, pero es muy difícil conseguir un tono intenso de azul.
- Tonos terrosos: los granos de café o el té negro son buenas opciones para lograr distintas intensidades de marrón y gris.
Una gran gama de productos
Tras tantos años compartiendo conocimientos con distintos creadores, Paula Rodríguez es capaz de ofrecer en Casa Amancay una gran variedad de productos que cubren gran parte de las necesidades textiles de cualquier persona. “Tejemos mantas, ponchos, alfombras, pies de cama, almohadones, pashminas, vestidos, bufandas, gorros… Hacemos prendas de vestir y de decoración, con diseños exclusivos y únicos. Incluso aceptamos encargos”, explica la creadora.
Las redes sociales de Casa Amancay tienen toda la información para aquellos que deseen ver más de cerca la obra de Paula Rodríguez, y hacerse con alguna de sus piezas. La tienda de artesanía local forma parte de un complejo de Salsipuedes; allí, se llevan a cabo todo tipo de actividades que ayudan al público a conocer cómo pueden llevar un modo de vida más sostenible. Todas esas actividades se pueden conocer, por ejemplo, a través de su perfil de Instagram, @casa_amancay.